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miércoles, 7 de octubre de 2015

Ver el derby en Yomvi


Es fácil de entender, un domingo a las 20:30 de la tarde no son horas para estar en un bar o molestando en casa ajena. Mucho mejor aprovechar la generosidad de la familia y, ahora que esta plataforma permite compartir la señal de un abonado, ver el partido en casa por el ordenador, tranquilamente, sin tener que desplazarse.

                                                               



La verdad es que es sorprendente, la señal llega por internet con una calidad más que aceptable y a cientos de miles de ordenadores al mismo tiempo. Es admirable, sencillamente, un gran adelanto. En esta ocasión, el inconveniente vino porque
la señal llegaba al ordenador, aproximadamente, minuto y medio más tarde que a los vecinos que estaban viendo el partido por televisión vía satélite. Gracias a este retardo he podido descubrir que mi vecindario es abiertamente madridista, lo que me congratula todavía más con él. Nada extraño en Madrid, hay muchos aficionados del Atleti pero en franca desigualdad. Eso es algo que se ve claramente desde niño, en el colegio de los 45 niños que éramos en clase, 30 seguíamos del Madrid, diez pasaban del fútbol, otros tres iban con el Atleti, los dos que quedaban podían ser del Valencia, del Sevilla o del Rayo.

El caso es que el domingo, en el
minuto 8 se escuchó una gran algarabía por la ventana cuando en la pantalla del ordenador nada indicaba que iba marcar Benzemá, pero minuto y medio más tarde fue lo que pasó. Así pues, mientras en Yomvi se podía ver la repetición del claro penalty de Ramos, se volvió a escuchar el mismo jolgorio, incluso incrementado. 90 segundos después, Keylor Navas paró el penalty a Griezmann. La cosa ya tenía su gracia, pues dependiendo de lo que llegaba por el patio molaba imaginarse qué jugador la iba a cagar, quién se iba a comer un túnel o quién iba a ser desbordado por la banda. Con el gol del Atleti, se escuchó algún tímido grito, sonó más a un 'aquí estamos', en respuesta a los anteriores.

En el fondo fue divertido, este desajuste entre los dos medios de emisión
dejó volar la imaginación de los que vimos el partido por Yomvi. Porque fútbol se vio bastante poco, el derby fue emocionante por el resultado tan ajustado para los implicados emocionalmente en el partido. Los aficionados neutrales se tuvieron que aburrir soberanamente. A esta altura de la temporada, ni siquiera ha pasado un tercio de la Liga, queda margen por corregir y mucho que mejorar tanto en el Madrid como en el Atleti. Lo único que parece claro, de momento, es que las Ligas con campeones de más de 100 puntos han acabado y va a haber un poco más de competencia por el título. Tanto mejor para el aficionado y para el propio fútbol.






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