Portada 3

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miércoles, 28 de octubre de 2015

Low fueron con todo en el Lara


Tremendo concierto el del pasado lunes en el Teatro Lara por parte de Low. Lo cierto es que el recuerdo de 2005, con el magnífico The Great Destroyer y el paso de su gira de promoción por Madrid de este disco, por la antigua Sala Arena hizo que quien esto escribe esperara este pasado lunes un concierto como aquel, canciones duras, largas e hipnóticas mezcladas con el rock y casi pop que albergaba aquel álbum de 2005. Diez años después no hubo concesión alguna, si acaso What Part Of Me y Lies de su último disco recién lanzado Ones & Sixes. Low fueron con todo, tal y como es su sonido, tal y como son ellos.

                                                              



Lo cierto es que el concierto
tuvo mucha intensidad. Imaginaba a un posible espectador que no supiera de qué iba aquello, tuvo que flipar ante aquel muro de sonido, de distorsión, de tristeza hipnótica, de guitarras enfurecidas. Tremendas fueron las versiones de Monkey y Pissing, esta última en especial. Sparhawk daba la impresión de estar tan metido en la ejecución que daba un poco de reparo toda esa concentración. Quizá por esta misma intensidad el público, aparte de los unánimes aplausos tras las canciones, apenas acertaba a hacer alguna exclamación ante los primeros acordes de un nuevo tema para después quedar sumido en el silencio. Alguien se atrevió a decir un tímido thank you desde el patio de butacas del Lara, respondido con un leve gesto del cantante. Alan Sparhawk, hasta casi los bises no se dirigió a los espectadores, dio las gracias por tanto recibido durante tanto tiempo y deseó que los allí presentes, al salir, siguiéramos nuestro camino en paz.

Fue un concierto duro, en el sentido de implacable. Lo ingenuo con
Low es esperar que toquen en directo Just Stand Back, California o Step. Aunque esta es una de sus caras, Low, creo, es Sparhawk haciendo sonar increíblemente a su guitarra, es Mimi Parker ejecutando el ritmo implacable mientras susurra con su gran voz al micro, es Steve Garrington tocando el bajo como un clavo, ellos son canciones distorsionadas, eternas, a veces plúmbeas, a veces rocosas, siempre buenas, siempre con algo que descubrir en ellas. Ellos son Low.










lunes, 26 de octubre de 2015

Escenas de la vida conyugal, Teatros del Canal


Desde el pasado 21 de octubre hasta el próximo 15 de noviembre va a estar en el cartel de los Teatros del Canal de Madrid esta obra de Ingmar Bergman en la versión de Fernando Masllorens y Federico González del Pino. Ricardo Darín y Érica Rivas están en el escenario bajo la dirección de Norma Aleandro.

                                                        



En principio esta es una buena oportunidad la de ver sobre el escenario a un grande de la interpretación como es
Ricardo Darín, acompañado de la novia despechada de la fenomenal Relatos Salvajes, también con participaciones en películas como Tetro y Diarios de Motocicleta: Érica Rivas, pero... la obra es una sucesión de escenas de la vida conyugal, sin más, aunque hay buenos golpes de humor, que los hay, lo cierto es que la versión termina resultando intranscendente, larga, cargada de tópicos... pesada en definitiva.

Si los dos actores que están en el escenario son muy buenos y contrastados, el autor es quién es... ¿qué puede fallar en
Escenas de la vida conyugal? El caso es que al espectador, al menos a este, el texto le llegó a sacar de la trama, son casi dos horas de dar vueltas sobre ahora te quiero ahora no, lo que hice o dejé de hacer, sobre el no puedo estar contigo ni sin ti... 120 minutos son muchos para tener a los espectadores en tensión, metidos en la narración. El caso es que quien esto escribe se descubrió a sí mismo varias veces a lo largo de la función mirando al techo o pensando en la cena posterior a la representación. Hay momentos de humor, buenos golpes, el público se ríe abiertamente con ellos, pero la sensación que queda al final es que el texto interesa poco o nada. Una lástima, quería que me gustara.

Por si alguien del Teatro del Canal llegara a leer este post, por favor suban un poco la amplificación, los espectadores de las butacas superiores lo agradecerán. El sonido llegaba justo, muy justo, las inevitables toses (empieza un espectador y acaba todo el teatro tosiendo) o cualquier mínimo ruido y ya no se escuchaba el diálogo.











viernes, 23 de octubre de 2015

Cómo ser John Malkovich


Original, surrealista, inquietante, divertida, extraña, así es Cómo ser John Malkovich, película de Spike Jonze, con guión de Charlie Kaufman y protagonizada por John Cusack, Cameron Díaz, Catherine Kenner y claro, John Malkovich.

Un titiritero, -John Cusack- con gran talento en su oficio pero con poco reconocimiento, consigue un trabajo después de que su estrafalaria mujer -Cameron Díaz- le obligara a buscarlo. Todo consiste en aprovechar su habilidad con las manos para manejar las marionetas para archivar documentos a la mayor velocidad posible en la empresa del Dr. Lester (Orson Bean). La oficina está en la planta 7 y 1/2 de un edificio de oficinas de Manhattan, para acceder a ella hay que parar el ascensor justo a medio camino entre el 7º y el 8º piso, además hay que caminar en sus pasillos y despachos encorvado, porque el techo está apenas a metro y medio de altura. Todo en esta oficina es extraño. En su nueva empresa, el titiritero conoce, y se enamora, de Maxine, Catherine Kenner. Un día, por casualidad, Craig, el titiritero, descubre un misterioso y angosto túnel, que lleva directamente a ser John Malkovich.

                                                     



¿Malkovich? Malkovich ¡Malkovich!

Sorprendente y original película. Lo primero que llama la atención es que el propio John Malkovich se haya prestado a esta historia, presentarse así ante el público. El principal mérito que tiene esta cinta es que lo mismo remueve al espectador en su asiento como le hace partirse de risa como hace reflexionar sobre el hecho de ponerse en la piel de otra persona, sobre la realidad virtual (la película es de 1999, conviene recordarlo en este sentido). No en vano, catorce años después, el propio Jonze dirigirá Her, revisión de las futuras relaciones de las personas con el software. Aparte de todos estos detalles, Cómo ser John Malkovich tiene numerosos cameos, ay Charlie Sheen, su estética la declara hija de su tiempo, los años 90, y la narración está ligada con un toque absurdo y surrealista que no hace más que crecer el encanto hacia esta película.

Vean Cómo ser John Malkovich y si así lo desean, dejen su comentario aquí abajo.







miércoles, 21 de octubre de 2015

Raúl, Raúl, Raúl, Raúl


Desde que hace unos días Raúl anunciaba su retirada definitiva como futbolista profesional, no por ser esperada y lógica es menos triste, pensaba en el mejor gol que había marcado, de entre todos ellos uno que reflejara cómo era, es todavía, en el césped. Afortunadamente los madridistas disfrutamos muchas dianas suyas y de todos los colores, desde los que son realmente espectaculares a los que delataban su condición de estratega: cómo colocarse, cómo buscar el hueco, estar donde nadie estaba o donde nadie llegaba. Muchos de sus detractores le reprochaban que fuera un goleador que sólo la empujaba a la red, algo así como un palomero, como si esperar el fallo del rival -o provocarlo- o estar colocado en el sitio indicado fuera fácil.

                                                       



Sin duda alguna, uno de ellos fue el de su debut en el Bernabéu con el primer equipo en Liga, ni más ni menos que contra el Atleti, todo un golazo, por ser el primero quizá sea de los mejores. También podría ser el que marcó al Rayo en 2001para aprender a no perder nunca la referencia de la portería. Otros podrían ser el que marcó al Barcelona en las semifinales de la Copa de Europa del año 2002, o el que marcó en el Vicente Calderón luego de haberle roto la cintura a López en 1997, pero no, creo que el gol que mejor refleja cómo era Raúl en el campo fue su gol en la final de Glasgow: desmarque, prodigioso saque de banda de Roberto Carlos de casi 30 metros, sin perder de vista el balón Raúl, con un solo y preciso toque, pone el balón fuera del alcance del portero del Leverkusen. Inteligencia, toque, siempre atento para provocar y aprovechar el fallo del rival, conocimiento del juego, es decir, Raúl. Otro aspecto que define a Raúl con este gol es que todo el mundo relaciona la Novena Copa de Europa con la volea mágica de Zidane, pero pocos reparan en que el gol de Raúl fue tan importante para el triunfo como el del gran jugador francés y nunca se le ha escuchado una reivindicación en este sentido.

Muchos critican que Raúl era de tal forma, o de aquella, que hacía y deshacía a su antojo tanto en el Real Madrid como en la Selección Española. Muchos deben haber estado en el vestuario del Bernabéu o en las concentraciones de la Selección, tal es la seguridad con la que hablan de Raúl. El hecho objetivo, lo que hemos visto todos durante quince temporadas es que Raúl ha sido un futbolista ejemplar, leal en el césped, de comportamiento deportivo casi intachable. Como aficionado madridista sabía que cuando jugaba Raúl la camiseta iba a ser honrada, sabía que se iba a esforzar al máximo, sabía que si tocaba perder, con él en el campo, el equipo rival lo iba a tener muy crudo. El hecho objetivo es que nadie del mundo del fútbol habla mal de él.

Si bien el público habitual del Bernabéu, tan cainita con sus propios jugadores, le mostró el respeto que otros mitos madridistas no han disfrutado, muchos no le perdonaron que dejara de ser un 9 en todas las facetas del juego para ser un 8 y eso para algunos es casi un insulto, una osadía que no se puede permitir. Así, Raúl se despidió del Madrid un día de verano de 2010, con cuatro despistados que pasaban por Concha Espina ese día, rumbo al Schalke 04. En tan solo dos temporadas, los hinchas del club azulón asumieron a Raúl como un héroe, le quisieron allí abierta y públicamente, agradecidos porque el jugador madrileño colaborara activamente en llevarles a las semifinales de la Copa de Europa de 2011 y a ganar la Copa de Alemania ese mismo año. Al final de la siguiente temporada, el Schalke dedicó una despedida tan cariñosa, sencilla y emotiva a Raúl que hizo que al madridismo se le cayera la cara de vergüenza. Se puso remedio a esta situación y el equipo catarí que fichó a Raúl después de su aventura alemana, fue invitado al Trofeo Santiago Bernabéu. Fue algo precipitado, pero se hizo y Raúl pudo despedirse de los madridistas en su estadio, lleno, dando la vuelta de honor y saludando en el centro del campo, como se despiden los héroes.

Raúl deja el fútbol, para quienes le vimos desde su primer partido al último, se nos va parte de nuestra vida como futboleros. El 31 de octubre, el New York Cosmos, postrer parada de Raúl, al finalizar la temporada regular de la NSL, le dedicará una despedida muy especial a él y a Marcos Senna. Ya en noviembre, le queda el reto de llevar a su equipo a ganar el campeonato, cuando empiezan los playoffs. Es su último reto, no duden que se dejará la piel en conseguirlo. Y es que Raúl es muy grande, irrepetible.









lunes, 19 de octubre de 2015

La belleza del piano de Roy Bittan


Aunque hayas escuchado cientos, miles de veces una canción, hasta que no la oyes mil y una veces no reparas en ciertos detalles, en determinados matices sonoros que quedan ocultos de un primer plano o que simplemente se pierden en las compresiones cutres que tanto escuchamos hoy en día en unos incrustados mini cascos en las orejas, que no en los oídos. ¿Qué ha sido de los equipos Hi-Fi y de los monitores de tres vías? Revisando la discografía de Bruce Springsteen uno nunca llega de verdad a valorar la belleza de las introducciones que interpreta Roy Bittan con su piano en numerosos himnos de la E Street Band. Aquí vienen tres ejemplos.

Backstreets, Born to Run, 1975

Apenas acompañado de unos acordes del bajo y unos esporádicos de guitarra, durante 49 interminables y gloriosos segundos, el piano de Bittan nos invita a entrar en esta canción, desgarradora historia de culpas y verdades. Muy destacables son los contrapuntos con los que apoya la letra. 6:30 dura esta canción, merece la pena dejarse llevar por ella.

                                                          



Point Blank, The River, 1980

Lejos de la épica de Backstreets, en este caso las notas de Bittan agitan los versos de Springsteen en esta inquietante canción, integrada en The River. Ahora, el protagonismo instrumental recae en el áspero sonido de la guitarra, pero queda una nueva intro de Bittan para el recuerdootra invitación a entrar en la narración.


I'll work for your love, Magic, 2007

Después del desierto de los años 90 en lo que respecta a la E Street Band y después del fallido The Rising, Springsteen recupera el pulso clásico con su banda en Magic, lanzado el 2 de octubre de 2007. Aquí, Roy Bittan nos lleva de la mano de sus teclas a un hit abiertamente pop, una gran canción, sin duda. Merece la pena escuchar los acentos del piano de Bittan contra los del órgano de Danny Federici mientras la armónica aúlla entre las estrofas.

Son sólo tres canciones elegidas entre cientos, pero buena muestra de la importancia de Roy Bittan en el sonido de la E Street Band. Para cerrar el post, hablando de la magia, épica y de grandes canciones de Bruce Springsteen y el piano de Roy Bittan, les dejo con este clásico, una interpretación que pone el nudo en la garganta al más pintado.




viernes, 16 de octubre de 2015

No puede ser, Atticus no


Aviso para lectores interesados en leer Ve y pon un centinela, este post contiene spoilers de la novela, si pretende leerla, no siga por favor.

El listón estaba muy alto respecto a este personaje, es la sensación que al parecer, hemos tenido muchos al terminar de leer el libro de Harper Lee. Esperábamos que en esta e inesperada ocasión que nos ha brindado
Ve y pon un centinela, Atticus Finch nos diera otra lección de cómo nadar contra corriente, de dignidad, de sabiduría, de saber estar y plantar cara, de defender al débil de la jauría.

Scout, una mujer adelantada a su tiempo

Ve y pon un centinela se sitúa cronológicamente años después de lo acontecido en Matar a un ruiseñor. Jean Louise Finch, Scout, es ahora una joven que trabaja en Nueva York y aprovecha sus vacaciones para ir a ver a su familia en Maycomb, Alabama. Durante buena parte la novela es narrada en flashbacks, cómo era la vida en ese pueblo sureño de los Estados Unidos, con ciertas dosis de nostalgia. Aunque para el lector queda la sensación de que nada está pasando, quedan reflejos y pinceladas de Scout, de su fallecido hermano Jem, de su eterno pretendiente Henry, del chalado de su tío Harry, de la solterona y puritana tía Alexandra, del Sur y su modo de vida. Ese quizá es el principal fallo de Ve y pon un centinela, ver que pasan las páginas, pero nada transcendente ocurre, es como si estas pequeñas narraciones de la infancia pertenecieran a otra obra, a otra historia.

                                                            


Atticus Finch, no puede ser verdad

Si esto es así, las últimas 70 páginas son no tanto como vertiginosas, pero casi. Habiendo soltado el anzuelo muy pronto,
Harper Lee nos hace esperar hasta el final para llegar hasta el choque que estábamos esperando y el que desconcierta, descoloca, angustia y casi asfixia a todos aquellos para quienes Atticus Finch era un héroe. En el fondo, Finch padre alberga inquietudes racistas, pretende hacer creer que los negros van demasiado rápido y no están preparados para ciertas cosas, resulta que ha asistido a reuniones del Klan, se supone que para conocer a los integrantes desde dentro y saber quiénes son, como si en una pequeña localidad no se conociera todo el mundo, Atticus Finch es un racista por vía del pragmatismo. Por contra, resalta la valentía de Harper Lee por desarrollar un personaje como Scout, mujer independiente en los años 50 del siglo XX, vive sola en una gran ciudad, trabaja y va al puritano y ultra conservador Sur que pretende vivir bajo los cánones que le llevaron al desastre.

En general, más allá de la profunda decepción del giro que sufre el héroe de Matar a un ruiseñor, Ve y pon un centinela es una buena novela. Reflejo de un mundo que lucha por sobrevivir y otro que intenta cambiar lo establecido, este libro era la primera versión de Matar a un ruiseñor que, con acierto, el editor sugirió cambiar las tramas y los personajes, puso en la narración la injusticia que hace surgir al mito. Siempre nos quedará el primer Atticus Finch, Harper Lee debería saber que Gregory Peck, quien ganó el Óscar al Mejor Protagonista en 1963 por su trabajo en la adaptación al cine de la novela, no interpreta a cualquier personaje.








miércoles, 14 de octubre de 2015

Cristiano Ronaldo, Bota de Oro


Ayer martes, Cristiano Ronaldo recogió el trofeo que le acredita como el máximo goleador en los campeonatos nacionales de Liga en toda Europa. 48 goles, ni más ni menos. Todavía se recuerda el asombro que causaron los 38 de Hugo Sánchez logrados en 1990 que tan sólo igualaron a los del mítico Telmo Zarra. Se consideraba una hazaña llegar a esa cifra, recuérdese que ha habido pichichis con menos de 20 goles.


                                                           


El interminable debate

Lo cierto es que en el debate, estéril, por saber quién es el mejor jugador del mundo, siempre salen a relucir las cifras, las estadísticas comparativas, como si el fútbol fuera el baloncesto, pero pocos análisis se centran en lo que aportan los candidatos al trono mundial a sus respectivos equipos.
Cristiano Ronaldo aporta más al Real Madrid que Messi al Barcelona. Ambos tiran del carro, ambos marcan casi los 50 goles por año, pero si imaginamos qué hubiera sido de estos equipos sin sus dos astros durante todos estos años, seguramente el Madrid saldría peor parado en la comparación que el Barcelona.

Jugador de leyenda

Es verdad que a veces el genial jugador portugués tiene gestos, declaraciones, que no gustan al común del aficionado. A menudo sus numerosos goles son celebrados exageradamente, pero él es así, hay quererle como es, da mucho a cambio. En cualquier caso, frente a Balones y Botas de Oro, el fútbol es un deporte de equipo, no de individualidades. La fortuna para el Real Madrid es poder contar en sus filas con el jugador más decisivo desde Alfredo Di Stefano. Cristiano Ronaldo, siendo quien es, teniendo que demostrar muy poco ya a nadie, es un profesional de primera, lejos de lo que se suele creer no se tiene esa velocidad, eso golpeo de balón y esos remates de cabeza sin entrenar y sin pasar horas, horas y horas en el gimnasio, durante años, muchos años. Cristiano Ronaldo no es perfecto, pero es un futbolista que tardaremos en volver a ver en el césped. Es el único que tiene cuatro Botas de Oro, pero no se conforma, quiere la quinta y la sexta. Es grande, muy grande.






viernes, 9 de octubre de 2015

El Desconocido, de Dani de la Torre


Es muy probable que la historia que cuenta El Desconocido la haya visto ya. La venganza es un tema llevado muchas veces a la gran pantalla, ya sea en grandes producciones cinematográficas o en los tele filmes que ocupan las parrillas de los canales de Tv. Lo que distingue a esta que nos ocupa hoy es que está bien hecha.

                                                           



Carlos (
Luis Tosar) director de una sucursal bancaria inicia un día rutinario en su vida corriente, se dispone a llevar a sus hijos al colegio, pero pronto empiezan las malas noticias. Un teléfono que a nadie pertenece comienza a sonar dentro del coche, una misteriosa voz comienza a dar instrucciones a Carlos, a chantajearle en definitiva bajo la amenaza de matar a sus hijos y a él mismo si no hace lo que esta misteriosa voz le pide.

El Desconocido parte con la losa de ser
una historia muy manida, como ya se ha comentado, además tiene el inconveniente de contar con Javier Gutiérrez en su reparto y no salir más en pantalla, este tipo es enorme, una pena. Como puntos fuertes tiene a Luis Tosar, cómo no y también los niños Paula del Río y Marco Sanz, qué buen trabajo hacen. Otro tanto a favor es lo bien que está hecha la película, las secuencias de acción están muy bien montadas y además, todo suena de maravilla. Para redondear los pros de esta historia, nos muestra lo bella que es La Coruña, si no conocen esta ciudad, se la están perdiendo.

En definitiva, es una buena película, entretenida, bien filmada. Merece una oportunidad en taquilla, ojalá le vaya bien.









miércoles, 7 de octubre de 2015

Ver el derby en Yomvi


Es fácil de entender, un domingo a las 20:30 de la tarde no son horas para estar en un bar o molestando en casa ajena. Mucho mejor aprovechar la generosidad de la familia y, ahora que esta plataforma permite compartir la señal de un abonado, ver el partido en casa por el ordenador, tranquilamente, sin tener que desplazarse.

                                                               



La verdad es que es sorprendente, la señal llega por internet con una calidad más que aceptable y a cientos de miles de ordenadores al mismo tiempo. Es admirable, sencillamente, un gran adelanto. En esta ocasión, el inconveniente vino porque
la señal llegaba al ordenador, aproximadamente, minuto y medio más tarde que a los vecinos que estaban viendo el partido por televisión vía satélite. Gracias a este retardo he podido descubrir que mi vecindario es abiertamente madridista, lo que me congratula todavía más con él. Nada extraño en Madrid, hay muchos aficionados del Atleti pero en franca desigualdad. Eso es algo que se ve claramente desde niño, en el colegio de los 45 niños que éramos en clase, 30 seguíamos del Madrid, diez pasaban del fútbol, otros tres iban con el Atleti, los dos que quedaban podían ser del Valencia, del Sevilla o del Rayo.

El caso es que el domingo, en el
minuto 8 se escuchó una gran algarabía por la ventana cuando en la pantalla del ordenador nada indicaba que iba marcar Benzemá, pero minuto y medio más tarde fue lo que pasó. Así pues, mientras en Yomvi se podía ver la repetición del claro penalty de Ramos, se volvió a escuchar el mismo jolgorio, incluso incrementado. 90 segundos después, Keylor Navas paró el penalty a Griezmann. La cosa ya tenía su gracia, pues dependiendo de lo que llegaba por el patio molaba imaginarse qué jugador la iba a cagar, quién se iba a comer un túnel o quién iba a ser desbordado por la banda. Con el gol del Atleti, se escuchó algún tímido grito, sonó más a un 'aquí estamos', en respuesta a los anteriores.

En el fondo fue divertido, este desajuste entre los dos medios de emisión
dejó volar la imaginación de los que vimos el partido por Yomvi. Porque fútbol se vio bastante poco, el derby fue emocionante por el resultado tan ajustado para los implicados emocionalmente en el partido. Los aficionados neutrales se tuvieron que aburrir soberanamente. A esta altura de la temporada, ni siquiera ha pasado un tercio de la Liga, queda margen por corregir y mucho que mejorar tanto en el Madrid como en el Atleti. Lo único que parece claro, de momento, es que las Ligas con campeones de más de 100 puntos han acabado y va a haber un poco más de competencia por el título. Tanto mejor para el aficionado y para el propio fútbol.






lunes, 5 de octubre de 2015

Robert Mitchum canta, That Man


Hace poco hablábamos de La Noche del Cazador del despiadado falso predicador llamado Harry Powell, interpretado por Robert Mitchum. Hace también ya muchos años, escuchando El Ambigú de Diego A. Manrique en Radio 3, sonó la magnífica versión del hit Sunny cantado por el genial actor. Después de tirar de tan suculento hilo, descubrí que Mitchum había llegado a grabar dos discos y estos estaban reunidos en el álbum That Man.

El recopilatorio That Man, el calypso

El CD viene acompañado de un librito en el que se resume brevemente la vida de Mitchum desde su infancia hasta su irrupción en el panorama cinematográfico de EE.UU. Cuenta además cómo llegó Robert Mitchum a conocer el calypso, género musical propio de las islas caribeñas que al parecer surgió de la prohibición
que tenían de hablar entre ellos los esclavos. Durante un rodaje que le llevó a Trinidad y Tobago, Mitchum quedó prendado de este género musical, se empapó de su cultura, compró todo aquel disco que pudo y al regresar al continente grabó Calypso-is like so (1958), donde su grave voz deja regalos como Tic, Tic, Tic y What is this Generation Coming To?

                                                             

Repaso del country y canciones crooner style

Nueve años después, en 1967 Robert Mitchum descubre por casualidad en la radio del coche mientras viaja a un rodaje la canción Little Old Wine Drinker Me, en un principio tuvo la intención de pedirle a Dean Martin que la grabara para una película, pero al no estar disponible el miembro del rat pack, finalmente fue el propio Mitchum quién se dirigió a Nashville, donde, ya puestos, grabó el álbum original That Man. Este disco incluye 12 canciones, la ya mencionada versión de Sunny, también Ballad of Thunder Road película del mismo título protagonizada por Mitchum donde también compone la música de la canción mientras Don Raye pone la letra. Este disco también incluye temas del más puro estilo crooner, como In My Place y también country como este You Deserve Each Other.


Admirado por el star system de su tiempo y reconocido por mitos como Frank Sinatra, es innegable que Robert Mitchum tenía un profundo amor por la música, fue un gran melómano. Aunque esta no era su principal ocupación, dejó esta breve pero intensa colección de canciones.




*Los datos publicados en este post vienen incluidos en el libreto del CD That Man, publicado en 1995 por Bear Family Records. Datos recopilados por Joseph F. Laredo.



viernes, 2 de octubre de 2015

Un día perfecto de Fernando León de Aranoa


Basada en la novela de Paula Farias, Dejarse Llover, Fernando León de Aranoa firma esta interesante película que tiene la principal virtud de contar una buena historia donde cabe el horror, el humor, el drama, lo absurdo que es todo cuando lo que hay alrededor se derrumba, mientras la burocracia cumple su papel.

                                                           



En plena guerra de la antigua Yugoslavia, Mambrú (
Benicio del Toro) está al frente de un grupo de cooperantes que tiene la misión de conservar y vigilar el agua para consumo de los habitantes de una remota y montañosa zona de Bosnia. De uno de los pozos que almacena el líquido elemento, tienen que sacar un cadáver que han tirado aposta, con el objetivo de corromper el agua. A partir de ahí, Mambrú, junto a B, Tim Robbins y Sophie -Mélani Thierry-, y con otros personajes que se van sumando a la narración, tienen que luchar contra todo tipo de impedimentos para poder conseguir una simple cuerda, así de absurdamente reales son las cosas en las guerras.

Un día perfecto logra crear momentos de tensión que atrapan al espectador, tiene la virtud de arrancar sonrisas en un entorno en el que todo invita a llorar, nos cuenta de ésa gente que va en dirección contraria de los que huyen de la guerra, directos al avispero, y además hacen de ello su modo y motivo de vida. Un día perfecto es una suerte de road movie, sin serlo realmente, está muy bien ambientado, con detalle. Cuenta con un reparto excelente y una selección musical muy buena: Lou Reed, la Velvet y los Ramones, entre otros. Sigue todavía en las salas de cine a pesar de haber sido estrenada hace ya más de un mes.