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viernes, 11 de enero de 2019

Vainica Doble, la reedición del libro de Fernando Márquez


Cuando leemos la notas del co-editor del libro, Manuel Moreno, de la periodista Esther Peñas y la introducción del autor, Fernando Márquez, comenzamos a darnos cuenta de las emociones que vamos a descubrir luego de estos prolegómenos. Nos disponemos a conocer a Gloria Van Aerssen y Mari Carmen Santonja, artísticamente conocidas como Vainica Doble. Esta obra de Márquez fue publicada originalmente en 1983 por la editorial Júcar, dentro de la mítica colección Los Juglares y ahora ha sido reeditada por La Fonoteca y Libros Walden.

La primera parte del libro recoge tres entrevistas que Márquez tuvo con Gloria y Mari Carmen. A través de éstas, conocemos sus orígenes modestos pero exigentes en lo cultural:
en casa no entraba un libro mal editado o mal ilustrado, declaran a Márquez. Las vainicas se revelan unos personajes con obligaciones familiares pero a la vez con actitud bohemia y de carácter encantador, no faltan en su vocabulario palabras como pichinglis, fumetti u otorgan motes como chinorris a las personas de su entorno.

                                                        


Los comienzos musicales de Vainica Doble no fueron fáciles, inquietas en la educación musical y autodidactas, empezaron a relacionarse con humoristas, escritores y cineastas. De esta manera, comenzaron componiendo la cabecera de varias series dirigidas por Jaime de Armiñán para RTVE en los años 60. Más fans de los Beatles y los Rolling Stones que de Elvis, en los 70, después de colaborar en la banda sonora de películas de Iván Zulueta y José Luis Borau, se lanzan de lleno a la música acompañadas de Los Tickets, antecedente de lo que sería un poco más tarde Asfalto. A partir de ahí, todo es sobradamente conocido.

Terminadas las entrevistas de Márquez a las Vainica Doble, incluida una
sabrosa pelotera entre ellas a cuenta de una de sus canciones, el Zurdo comenta la discografía completa del dúo. Acto seguido, vienen los testimonios de destacados fans de Vainica Doble. Son personajes tan dispares como el ya nombrado Jaime de Armiñán, Juan de Pablos, Luis Eduardo Aute, Caballero Bonald y Cristóbal Halffter entre muchos otros. Las palabras únicas, divertidas, brillantes, elegantes, mágicas, tiernas, extraordinarias, son las más utilizadas por todos sus seguidores para definir a Van Aerssen y Santonja. Quien esto escribe comparte plenamente experiencia vainica con Teresa Iturrioz, bajista y vocalista de Aventuras de Kirlian: a pesar de los innumerables elogios y reconocidas influencias del dúo en músicos míticos, Vainica Doble no me entraban, hay que reconocerlo. Hasta que he leído la reedición de este libro no he podido comprender a Gloria Van Aerssen y Mari Carmen Santonja, y lo que es mejor, empiezo a apreciar su música, letras e increíbles voces, en definitiva a admirar su arte. A partir de ahora, este bloguero se declara seguidor incondicional de Vainica Doble, mi agradecimiento eterno a La Fonoteca y Discos Walden por haber rescatado este libro y por abrirme los ojos y la mente a Vainica Doble.

La Fonoteca y Libros Walden están especializados en la edición discográfica y bibliográfica para dar a conocer a nuevos grupos y reivindicar nuestra historia musical, como explican desde la página de La Fonoteca. Aquí ya hemos comentado los libros Música Moderna, también de Fernando Márquez y Punk, pero ¿qué punk? de Tomás González Lezana. No sé si sería mucho pedir una reedición de los discos de Vainica Doble... Estaremos atentos.







lunes, 7 de enero de 2019

Juliet, desnuda, una buena comedia


Basada en la novela de Nick Hornby, Juliet, desnuda es una comedia romántica, pero no al gusto del mainstream, la película tiene mucho más en común con Alta fidelidad que con Notting Hill, por poner dos ejemplos. Los personajes creados por Hornby, con una vida acomodada y sin demasiados problemas, descubren cuando llegan al ecuador de sus vidas que aquello no era lo que esperaban.

                                                    


Duncan, profesor universitario, lidera a través de su blog a una comunidad virtual de pirados fanáticos de Tucker Crowe, un músico que lanzó un único disco, titulado Juliet, desnuda, a principios de los años 90 para luego desaparecer del mapa. Esta grabación es considerada de culto por Duncan y sus seguidores, quienes debaten por cada verso del cancionero del álbum y por cada posible foto o aparición del músico, como si Crowe fuera el mismísimo Bob Dylan. Annie, mujer de Duncan, vive bajo la sombra de la obsesión de su marido hasta que un inesperado giro hace que todo cambie para los tres protagonistas de esta historia.

El detalle que más llama la atención de Juliet, desnuda es el personaje de Duncan. Dibuja muy bien el estereotipo del aficionado a la música pelma, pedante y que se sorprende de que sus ídolos no tengan tan buena memoria como tienen ellos, alimentada por su propia obsesión. La película, en líneas generales, es muy agradable de ver, tiene toques de humor, se desarrolla en un pueblo encantador y cuenta además con las buenas actuaciones de Chris O'Dowd (Duncan), Rose Byrne (Annie) y Tucker Crowe (Ethan Hawke). En definitiva, es una buena comedia para meterse en el cine en una tarde invernal. Dios salve a Nick Hornby.