Portada 3

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domingo, 30 de diciembre de 2018

Tiempo después, la genialidad de José Luis Cuerda actualizada


José Luis Cuerda lo ha vuelto a hacer, casi 30 años después del estreno de Amanece que no es poco ha creado un nuevo relato a la altura de aquel, donde el humor absurdo, el surruralismo, el ingenio, las actuaciones de primer nivel, la crítica al mundo que nos rodea (poco han cambiado las cosas para ser el año 9177, milenio arriba o abajo) y la originalidad brillan por su presencia.

                                                   



En este lejano año, dos de los edificios más singulares de Madrid, las Torres Blancas y la sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España, popularmente conocido como la
corona de espinas, se han fusionado y se han convertido en el Edificio Representativo. Allí viven los privilegiados que cuentan con un oficio, orden, seguridad y una peculiar administración municipal y de Justicia. Mientras, los parados viven en barracones ubicados en un bosque cercano. Eso es todo lo que queda del mundo tal y como lo conocemos hoy en día.

A partir de ahí, se suceden delirantes secuencias, reflexiones filosóficas, aforismos, declamaciones de poemas en lugares comunes que parecen olvidados en el imaginario colectivo actual, convertidos en ágoras donde se agudiza el ingenio y la retranca está al orden del día. Buena parte de los diálogos de
Tiempo después los veremos dentro de poco reflejados en camisetas o siendo parte de las conversaciones de la legión de seguidores de este cine, tal y como ocurre todavía hoy con Amanece que no es poco.

Como decíamos en las primeras líneas de esta entrada, las actuaciones del reparto coral de
Tiempo después son magníficas, partiendo del siempre solvente Manolo Solo, pasando por Gabino Diego y terminando por el gran Miguel Rellán. Es imposible destacar a todo el elenco. Ciertamente divertido es darse cuenta de la multitud de cameos que hay a lo largo de la película. Hasta el mismísimo Joaquín Sabina pone su grano de arena en esta historia con la canción original de la cinta. Tiempo después, estrenada con mucho acierto el día de los inocentes, ha llegado para quedarse y para enriquecer, todavía más, la filmografía de José Luis Cuerda, el acabose del cine español.









viernes, 9 de noviembre de 2018

Un día más con vida, una película de Raúl de la Fuente y Damian Nenow


Cuando cualquier atisbo de civilización desaparece y la ley brilla por su ausencia, cuando todo está destruido, no hay comida, ni agua y sobrevivir es algo irracional, hay tipos que contra toda lógica no sólo no huyen sino que además se ponen del lado de los más desfavorecidos y luchan para que el resto del mundo sepa lo que ocurre en esa esquina del mundo olvidada por el resto de la Humanidad. Uno de estos tipos se llamaba Richard Kapuscinski y escribió un libro con el mismo título en el que se basa esta película dirigida por Raúl de la Fuente y Damian Nenow.

                                                        


Un día más con vida se divide en dos partes, la primera, animada, narra las aventuras de Kapuscinski en Angola en 1975, cuando Portugal abandona su antigua colonia. Tanto EE.UU. como la U.R.S.S. intentan conquistar el nuevo país con el objetivo de hacerse con sus recursos naturales: los yacimientos de petróleo y las minas de diamantes. La segunda parte es una trama documental donde los personajes reales que participan en la historia dibujada nos relatan su experiencia en primer e íntimo plano.

El mérito real de
Un día más con vida, aparte de mostrar con todo lujo de detalles el horror de este conflicto armado y el hecho de ser un país codiciado por las dos súper potencias, es poner al espectador en los zapatos del reportero de guerra y de los dilemas que tiene que afrontar a la hora de ejercer su profesión en tan dramáticas circunstancias, en hacerle reflexionar sobre qué hacer cuando estás en medio de la sinrazón y la locura. En el aspecto puramente audiovisual, la cinta es espectacular: onírica, hipnótica, dramática, cuenta con un montaje trepidante y todo ello acompañado de unos testimonios documentales demoledores. Un día más con vida ha venido para ser un clásico del cine anti bélico.











domingo, 21 de octubre de 2018

En El Reino siempre hay que pasar por caja


Siempre hay que pasar por caja en El reino de Rodrigo Sorogoyen y lo más importarte, hay que ser fiel súbdito y obediente a lo que te dicen. Por mucho que hayamos leído reportajes periodísticos o películas acerca de la corrupción, léase B, la película, uno no sale de su asombro al ver determinadas escenas, escuchar ciertas conversaciones y observar ciertas conductas.

                                                    


Un grupo de políticos miembros del Partido viven instalados en la mentira, el lujo y la ostentación, pero las cosas comienzan a torcerse dentro del grupo de cómplices. La lucha por la supervivencia comienza y no va a haber prisioneros, nunca mejor dicho. Más allá de la narración de la propia historia de El reino y de reflejar una de las peores épocas del panorama político español, la cinta de Sorogoyen tiene el indudable mérito de colocar la pelota en el tejado del espectador mediante agudos mensajes y hacerle reflexionar, le coloca delante del espejo. El papel jugado por los medios de comunicación durante este tiempo tampoco sale indemne de este sarao.

El reparto de
El reino es otro valor añadido a la película. Antonio de la Torre marca otro hito en su carrera y deja, junto a Luis Zahera, una secuencia que será recordada por mucho tiempo en el cine español. Josep María Pou, Ana Wagener, Nacho Fresneda, Bárbara Lennie y Mónica López completan el elenco de personajes de esta historia que merece permanecer en la memoria colectiva de este país, más que nada para evitar caer en el mismo error.







viernes, 21 de septiembre de 2018

Las obras del Bernabéu y la Asamblea de Socios Compromisarios


El próximo domingo se celebrará la Asamblea de Socios Compromisarios del Real Madrid. Hace unos días saltó la sorpresa al conocerse que el actual Presidente y su Junta Directiva pedirán permiso en esta convocatoria, como obligan los estatutos, para endeudar al club durante los próximos treinta años por un importe de 575 millones de euros para financiar las obras de remodelación del estadio Santiago Bernabéu. Ya saben, se trata de la faraónica obra que pretende envolver de una capa metálica su actual fachada y además techar el campo. Esta nueva transformación del coliseo del Paseo de la Castellana es una promesa incumplida por el señor Pérez desde el año 2004. Una vez que ha fallado el plan de encontrar la financiación necesaria a cambio de patrocinar el nombre oficial del estadio, el sr. Pérez pretende costear las obras directamente con el patrimonio del Club.

Lo primero que llama la atención ha sido el hecho de que la Junta Directiva pida permiso sólo a los socios compromisarios, miembros de una asamblea que salió de las elecciones celebradas en 2016. Hablamos de un proceso electoral en el que el censo de los millares era denegado a los candidatos, donde para ejercer el derecho al voto por correo se exigía un aval notarial que suponía adelantar 100 euros del propio bolsillo del votante. Por todo ello, todos los socios del Real Madrid, no sólo los compromisarios, auténticos dueños del club según las propias palabras del sr. Pérez, deberían decidir si el club debe meterse en este berenjenal o no.

                                                     


Hay quién ve en esta nueva actuación la continuación en el devenir histórico del club desde los tiempos de Bernabéu. Vayamos por partes. Don Santiago, cuando accedió a la presidencia del Real Madrid, se encontró con el estadio de Chamartín prácticamente derruido después de la Guerra Civil, un campo de unos 15.000 espectadores creado para acoger a los aficionados que fueron testigos del paso del fútbol amateur al profesional. Convertir las cenizas este viejo y querido campo en otro completamente nuevo, moderno y con capacidad de 120.000 espectadores y además convencer a los propios socios de que financien la obra es una clara muestra de liderazgo, de visión de futuro y de servicio al club.

En cambio, el sr. Pérez quiere emprender una obra faraónica y gastar una barbaridad de dinero, en lugar de hacerlo en fichajes o invertirlo en la cantera, para convertir un estadio que ya tiene todas las comodidades y es considerado 5 estrellas por la UEFA en otro muy distinto donde tendrán cabida aquellos que en lugar de ver fútbol, se pasan el partido haciéndose autorretratos y subirlos a Instagram, donde el socio de a pie cada vez pinta menos y todo ello, por supuesto, sin aumentar el aforo ni un solo asiento. Por tanto, esta reforma no es obra de un adelantado a su tiempo, ni de un líder sino de alguien que pretende pasar a la posteridad como
yo fui el que lo hizo, por su ego mayúsculo, por culto a su personalidad. No se trata de caer en el inmovilismo, nadie se niega a actualizar o a modernizar su propia casa, pero 50 o 100 millones de euros dan para hacer muchas cosas.

El domingo por la mañana podremos ver cómo discurre la Asamblea a través de los medios de comunicación... no oficiales, claro. El socio del Real Madrid se pregunta para qué tenemos un canal de televisión en la TDT. En anteriores asambleas, Real Madrid Televisión retransmitió única y exclusivamente el discurso del presidente dejando fuera de la emisión las intervenciones de los socios, para a continuación programar un partido del equipo alevín o del cadete, curiosa manera de silenciar la opinión del socio de a pie. Veremos qué pasa, pero desde este foro se pide que la consulta se amplíe a toda la masa social y que este voto sea negativo al endeudamiento salvaje, para que el Madrid sea de sus socios, para que el estadio Santiago Bernabéu siga siendo la casa del madridismo, para que el Real Madrid continúe invirtiendo sus recursos para seguir teniendo la mejor cantera y el mejor proyecto deportivo.











lunes, 3 de septiembre de 2018

Algo más que el viaje de Nisha


Uno sale del cine pensado si este no es otro caso de mala elección a la hora de titular una película, ya que la traducción literal al castellano del noruego Hva vil volk sería: lo que dirá la gente. Es posible que el espectador, al ver los anuncios del film, crea que va a ver una encantadora road movie oriental, pero nada más lejos de la realidad.

                                                      


El viaje de Nisha es la recreación, dramatizada convenientemente, de la experiencia personal de Iram Haq, directora de la cinta. Más allá del choque cultural, que lo hay, estamos delante de una película de conflicto generacional. Amir, el padre de Nisha, vive más preocupado de ser socialmente aceptado por su comunidad que de la felicidad de su propia familia. Así, el círculo vicioso de los miserables, de los pobres de espíritu y de los cortos de miras se alimenta a sí mismo bajo la premisa de las leyes de la ortodoxia de los necios: es más importante que los vecinos nos sigan saludando por la calle que nuestra hija tenga una vida plena de acuerdo al lugar donde vive.

De nacionalidad noruega, alemana y sueca, El viaje de Nisha nos enfrenta a un buen drama sostenido por un grupo de jóvenes actores. Maria Mozhdah, (Nisha) debuta en la gran pantalla con nota; Rohit Saraf (Amir) y Ali Arfan (Asif) dan la réplica a los veteranos Adil Hussain (For real, Lesson in forgetting, El fundamentalista reciente, The Xpose) y Ekavali Khanna, experta actriz de Bollywood. Aunque esta película fue producida en 2017, se ha estrenado en España el pasado 17 de agosto.










viernes, 17 de agosto de 2018

Jugando siempre en casa llegamos a lo más alto


Ayer al medio día saltó la noticia, La Liga de Fútbol Profesional ha alcanzado un acuerdo de quince años con Relevent, multinacional de medios, deportes y entretenimiento radicada en Miami para disputar partidos oficiales de 1ª División en Estados Unidos. En el artículo de Robert Álvarez publicado en el diario El País se explican los términos del acuerdo: los objetivos son aumentar la marca el fútbol español en Norteamérica al mismo tiempo que se promociona el deporte rey antes de celebrar el Mundial 2016 allí.

Mercadotecnia, expansión, volumen de negocio,
joint venture son términos que cada vez más están sustituyendo a las palabras a las que estaba acostumbrado el aficionado que lleva siguiendo, sintiendo, a su equipo desde hace años, durante décadas. En España todo esto se traduce en horarios infames (partidos en día laborable a las 13:00 horas -sábados- o a las 22:00 -viernes o lunes por la noche-), entradas a precios desorbitados, calendarios modificados a voluntad de las operadoras de televisión sin tener en cuenta el perjuicio causado a los aficionados que planean y costean de su propio bolsillo viajes y entradas, competiciones artificiales encajadas con calzador en un calendario lo suficientemente cargado de partidos y que a diferencia de otras ligas europeas, no se conoce día y hora de los encuentros hasta poco tiempo antes.Hay opiniones a favor de este acuerdo recién alcanzado. El argumento suele ser parecido en todos ellos: si la NBA lo hace, ¿por qué no el fútbol español?, necesitamos nuevas vías de ingresos para que los mejores jugadores sigan aquí, hay que evolucionar. Bien, vayamos por partes:


-La NBA se rige por un sistema de franquicias, Los Ángeles Lakers antes fueron los Detroit Gems o los Minneapolis Lakers, los Oklahoma Thunders antes fueron los Seattle Supersonics, los Charlotte Hornets fueron los New Orleans Hornets para regresar de nuevo años más tarde a la misma ciudad. ¿Qué tiene que ver el sistema de franquicias con el fútbol español o es que se quiere llegar a ese extremo? En todo caso, la NBA es la máxima liga mundial del baloncesto gracias a los extraordinarios jugadores que tienen y a canchas como el Madison Square Garden, el TD Garden de Boston o el Staples Center de Los Ángeles, no por los partidos que han podido jugar por el mundo. Así como la Premier League es lo que es gracias a estadios como Old Trafford, Wembley o Anfield Road.

                    



-Durante los casi 90 años que lleva disputándose la Liga española los mejores jugadores del mundo se han vestido de corto aquí sin que por ello sus clubes hayan tenido la necesidad de disputar un solo partido más allá de nuestras fronteras. Hablamos de Di Stefano, Kubala, Czibor, Puskas, Breitner, Cruyff, Kempes, Maradona, Schuster, Futre, Laudrup, Romario, Rivaldo, Ronaldo, Figo, Zidane, Raúl, Xavi, Iniesta, Messi, Cristiano Ronaldo... Si todos ellos vinieron antes ¿por qué los clubes españoles no van poder seguir fichándolos -o sacándolos de sus canteras- sin la necesidad de jugar la Liga en otro continente? ¿Jeques, clubes-estado? Existen y existirán, pero conviene recordar que a día de hoy el Nottingham Forest tiene el doble de copas de Europa de las que lucen el Manchester City o el París Saint Germain en sus vitrinas.

-Que el mundo cambia a una velocidad de vértigo es innegable y el fútbol no se quedará al margen, qué duda cabe, pero hay un término medio que permita ser respetuoso con la cultura de club, con el sentimiento del aficionado que no lo olvidemos, ha traído en volandas al fútbol español hasta aquí. Por ejemplo, en este foro se lanzó hace tiempo una propuesta de calendario de fútbol donde todo tenía cabida: reducción de equipos de la 1ª División de todos los países europeos a 18 o incluso a 16 equipos, la competición oficial se disputaría exclusivamente en fin de semana de septiembre a mayo quedando las jornadas de entre semana para las competiciones europeas en otoño y primavera y en invierno para la Copa del Rey a partido único. El mes de junio quedaría libre en exclusiva para hacer giras, campeonatos amistosos por los cinco continentes y así promocionarse, crear mercado y todo lo que se quiera. Julio estaría destinado a las vacaciones y agosto pretemporada. ¿De verdad es tan difícil llevarlo a cabo?

Ayer por la tarde, Javier Tebas, presidente de La Liga, publicó un tuit donde instaba a tender puentes y a seguir creciendo, transmitiendo los valores del fútbol español. Tendamos puentes, sí, pero para que los aficionados de todo el mundo vengan a nuestro país a conocer nuestros magníficos estadios, a empaparse de la cultura de los clubes que siguen, a conocer dónde jugaron sus leyendas, a ver las salas de trofeos que presumen de historiales inigualables. Así, de paso, fomentaremos el turismo en nuestro propio país con los beneficios que ello implica: nuevos puestos de trabajo, aumento de la actividad económica, etc... El futbol español ha conseguido ser el mejor del mundo a nivel de clubes y de selecciones jugando siempre en casa, ¿por qué dejar de hacerlo?







lunes, 13 de agosto de 2018

Devoción, un libro de Patti Smith


Publicado la pasada primavera, Devoción viene a completar la bibliografía de Patti Smith después de escribir Un fuego de origen desconocido, Babel, Apuntes de estética, Éramos unos niños, El mar de coral, Tejiendo sueños y M Train. En este caso nos encontramos con un breve relato, Devoción, que viene acompañado de dos pequeñas historias.

En la primera de ellas, titulada
Cómo funciona la mente, Smith cuenta un viaje a París organizado por su editorial para dar unas charlas sobre literatura. Allí, Smith encuentra a través de los recuerdos que le evoca la capital francesa y de los paisajes que encuentra en su camino, la inspiración para su nueva obra. Es un viaje donde lo real se confunde con lo imaginario y donde la nostalgia y las ausencias nos guían por las calles parisinas.

        


Devoción, relato que da título al libro, es un cuento tan breve como áspero, unos pocos personajes nos exponen al desarraigo de la emigración forzada por la guerra, a la búsqueda de la inspiración que mueve la creatividad, de la pérdida de la inocencia, del paso de la adolescencia a la vida adulta en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, la misma que le tocó vivir a la generación de Patti Smith.

Luego de terminar
Devoción nos encontramos con Un sueño no es un sueño. Patti Smith nos lleva de la mano al lugar donde Albert Camus estuvo escribiendo El primer hombre, la casa familiar del Nobel galo en Lourmarin, en el sureste francés, muy cerca de Avignon. La invitación para visitar el santuario del escritor francés vino de la propia hija de Camus, Catherine. All Smith pudo visitar los mismos parajes y sobre todo el estudio donde Camus pasaba las horas escribiendo.

Así pues,
Devoción no es otra cosa que un elogio de la inspiración literaria, los motivos que nos impulsan a crear una historia a partir de la nada, de las musas que hacen que las palabras den voz a la arquitectura narrativa, porque al fin y al cabo, como señala la autora, de qué están hechos los libros sino de palabras. Devoción se puede resumir en esta última reflexión de Patti Smith: ¿Por qué escribimos? Porque no podemos limitarnos a vivir.












jueves, 2 de agosto de 2018

Not everything beautiful is good, nuevo disco de Findlay Brown

Hace unas semanas que el cuarto álbum de Findlay Brown salió a la venta. Not everything beautiful is good entronca directamente con el primer y tercer disco de Brown Separated by the sea (2007) y Slow light (2015), quedando Love will find you (2011) como único testimonio del lado pop rock de Brown, de momento. Por lo tanto hablamos de folk intimista, de americana.

La parte luminosa, conmovedora de
Not everything good is beautiful viene de canciones como Call it what you want, Feet to the flame, Feathers from the fray, When the light go out y la estupenda Sound of the distance con ese elegante sonido del folk de los años 70. Todas ellas son canciones poderosas, conductoras de una misteriosa belleza que sin duda emociona. Con Only what is real y Home aflora el Brown más intimista. Esta última canción estuvo a punto de no ser publicada ya que habla directamente de su propio hogar, de su familia, como reconoce el propio músico británico en su página web.

                     


Pero este disco tiene también su parte sombría. Seven Hours es una canción compuesta de cinco eternos minutos con inquietantes melodías y letras que parecen estar en bucle Brown habla de una pareja de ciencia ficción, de la historia de dos amantes que se encuentran en distintas dimensiones. Otra rareza que encontramos en Not everything good is beautiful es la acústica In search of the golden flower, una breve pieza ambient de dos minutos, un hipnótico colchón donde lo mejor es dejarse llevar por él.

Findlay Brown, nacido hace 42 años en York, Reino Unido, comenzó a componer su cuarto disco en Nueva York, donde residía hasta este mismo año en el que se ha trasladado en busca de tranquilidad a un enclave rural muy cercano a la capital danesa, Copenhague. Allí fue donde se realizó la mayor parte de
Not everything good is beautiful. Acompañado de músicos locales, Brown finalizó este interesante disco que, según sus propias palabras, es tanto un testimonio del trabajo de un equipo como de una composición honesta.









domingo, 15 de julio de 2018

Lo que deja el Mundial de Rusia 2018


Acaba de finalizar el Mundial de Rusia con la victoria final de Francia sobre Croacia. La excepcional competición que rige la vida de los futboleros y hace que éstos contabilicen sus vidas en periodos de cuatro años termina y por cómo ha transcurrido deja varios aspectos dignos de ser analizados.

La concesión del Mundial

En primer lugar, aunque las informaciones que llegan desde Rusia hablan de modélica organización y ausencia total de violencia, detalle que por supuesto hay que celebrar y aplaudir, cabe pedir a la FIFA que se piense dos veces a quién concede la organización de la competición deportiva más seguida en el mundo. Si un país invade parte de otros y no respeta los derechos básicos de determinados colectivos ciudadanos y aun así se le concede un Mundial de fútbol, con este gesto parece que se aprueban estos deleznables actos. La siguiente cita la organizará Catar donde los obreros que trabajaron en la construcción de los estadios sufrieron unas condiciones de vida penosas, lo que viene a subrayar lo anteriormente comentado. Además, por primera vez en la historia gracias a esta desafortunada elección, el Mundial se celebrará a finales del otoño septentrional. Este detalle, sin duda, supone un agravio comparativo con los demás países del hemisferio sur, Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y Sudáfrica que tuvieron que organizar sus mundiales en pleno invierno austral.

                                 


El juego visto

En relación con el juego visto a lo largo del Mundial de 2018, en general ha habido más emoción que buen juego. Por supuesto ha habido grandes partidos como el Japón – Bélgica, el Francia – Argentina o sin ir más lejos el España - Portugal en la fase de grupos. Una vez metidas las selecciones supervivientes en las fases de eliminatoria directa, ha primado la búsqueda del resultado por la vía del máximo aprovechamiento de los errores ajenos y empleándose a fondo en el orden defensivo y en no conceder oportunidades de gol. Sin duda alguna, el sobrecargado calendario del fútbol profesional basado en la lógica de la mercadotecnia, de las audiencias y del puro y duro beneficio económico más que en el razonamiento deportivo tiene buena parte de la culpa. La temporada 2017-18 arrancó a mediados del pasado mes de agosto y justo once meses después ha finalizado de forma oficial. Los futbolistas que juegan en clubes inmersos en competiciones continentales han jugado a lo largo de estos once meses una media de tres partidos semanales a los que hay que sumar viajes -algunos de ellos intercontinentales con lo que hay que añadir el desgaste del desfase horario-, entrenamientos, etcétera... En consecuencia, los principales actores de este negocio, los futbolistas, han llegado a la máxima cita totalmente exhaustos. El deporte en general y el fútbol en particular merece una profunda reflexión de sus dirigentes sobre este aspecto.

El papel de España

Toca ahora hablar del papel jugado por la selección española. Sin duda, el despido de Lopetegui a dos días de empezar la competición marcó el destino de España en el Mundial. Pasadas ya unas semanas habiendo leído y escuchado las más diversas opiniones sobre lo ocurrido este bloguero llega a la conclusión de que los tres actores implicados actuaron mal. Por parte del Real Madrid se antoja casi imposible pensar que Lopetegui fuera la primera opción para sustituir a Zidane, ¿de verdad el Real Madrid no tenía otro entrenador que el seleccionador español? Si en definitiva fue así, ¿había que ficharlo a dos días que empezara el Mundial, no se podía esperar a terminar la competición? Después de todo, el Real Madrid no es un equipo que se caracterice por consultar posibles fichajes, diseños de plantilla y de proyectos a corto, medio o largo plazo a sus entrenadores.

Por parte de Lopetegui, ¿en qué estaba pensando cuando recibió la llamada del Madrid, no había sido él quien meditaba pedir a los jugadores que se olvidaran de todo y se concentraran en el Mundial? ¿Cuándo decidió fichar por el Madrid, mientras decidía la alineación contra Portugal, o quizás mientras analizaba un partido de la selección de Irán? Entrenar al Real Madrid puede ser una oportunidad única en la vida, cierto, pero también lo es poder ganar un Mundial.

En le caso de la Federación, una vez consumado el fichaje optó por la decisión más traumática de cara al público, cabe preguntarse ¿no podía haberse dicho en privado a los interesados lo que hubiera que decir y haber mantenido en el puesto al seleccionador? Con lo sucedido, se demuestra que el entrenador juega un papel decisivo en un equipo y también lo importante que es tener una planificación y proyecto deportivo. En todo este embrollo hay que destacar el papel jugado por Fernando Hierro, dio un paso al frente, se comió el marrón, una vez consumada la decepción supo quitarse de en medio y dejar pista libre al nuevo equipo técnico de la selección. Fue, sin duda, el único acertado en todas sus decisiones.


Todo lo comentado, ya forma parte del pasado. Se ha acabado el Mundial, ese maravilloso maratón de partidos excepcional por su periodicidad. Y lo hemos podido ver en abierto por televisión, quién sabe si por última vez, tal vez en recuerdo del deporte popular que en su día fue el fútbol. ¿Quién sabe qué pasará y dónde estaremos en 2022? Mientras tanto, el fútbol no para, ya ha empezado la temporada 2018-19.













martes, 10 de julio de 2018

Lucky, una película de John Carrol Lynch


Concebida como homenaje a Harry Dean Stanton, Lucky es en esencia una película autobiográfica. John Carrol Lynch firma esta maravillosa cinta con la que nos hace reflexionar sobre la vida, la muerte, la soledad... nos preguntamos cómo afrontamos el último kilómetro de la existencia y las relaciones humanas cuando llegamos a la etapa final.

Harry Dean Stanton, Lucky, es presentado al espectador como uno de los míticos personajes del actor: Travis Henderson, el solitario caminante de la película de Wim Wenders, Paris, Texas. Desde su casa, un tanto apartada de un fantasmagórico pueblo, camina todos los días bajo el sol vestido con ropa tres tallas más grande para completar su rutina diaria. Allí visitará como todos los días los mismos locales, comprará las pocas cosas que necesita para sobrevivir y retornará a su casa para ver su programa favorito por la televisión.

                                                         


Lucky, como Dean Stanton, ha superado la barrera de los 90 años. Cada amanecer es presentado como una sorpresiva victoria sobre la muerte. Lucky, a pesar de verse y saberse vulnerable, vive y vive y vuelve a vivir. Sin embargo, sabe que el tiempo se le acaba y el miedo aflora.

Decididamente ácrata y existencialista, Lucky derrocha ternura y humor aunque quizá no le guste dar esa impresión y lo hace tan bien que no faltan ganas de levantarse del asiento y aplaudirle en ciertos pasajes de la película. También aporta una buena dosis de surrealismo, sobre todo en sus conversaciones con el encantador Howard que no es otro que el mismísimo David Lynch. Precisamente otro guiño al recorrido cinematográfico de Dean Stanton lo encontramos cuando Lucky charla con Fred (Tom Skerritt) en el bar de Joe, del mismo modo y en los mismos términos que su
hermano Alvin en Straight Story.

Lucky fue rodada en 2017. Harry Dean Stanton desgraciadamente morirá en septiembre de ese mismo año. Dirigida por John Carroll Lynch sobre el guion de Logan Sparks y Drago Sumonja,
Lucky deja este crepuscular testimonio de una larga y prolífica carrera como actor quien nos enseñó con su trabajo, como pocos, que el tiempo es nuestra principal riqueza.









domingo, 8 de julio de 2018

El hombre que mató a Don Quijote, una película de Terry Gilliam


Después de 30 años de espera, el Quijote de Terry Gilliam llegó por fin a la gran pantalla luego de infinidad de problemas para poder llevar a cabo esta película. Conviene avisar que ésta no es una adaptación literal del clásico de Cervantes sino una libre y moderna versión del mismo.

Un director publicitario, Adam Driver, vuelve al pequeño pueblo español donde años antes, como proyecto de fin de carrera, rodó su propia versión del Quijote. A partir de ahí, vive en sus propias carnes las consecuencias que aquel rodaje produjo en los habitantes de aquella pequeña localidad, en especial de Javier (Jonathan Pryce), un anciano zapatero quien fue elegido por el joven director como intérprete de Alonso Quijano.

    


A lo largo de más de dos horas Gilliam juega con el espectador con continuos saltos temporales donde se reconocen los capítulos originales de Cervantes discurriendo en la delgada línea que separa el surrealismo del humor, la genialidad del despiste absoluto y del disfrute con la sensación del engaño.

La magnífica interpretación de Pryce, muy bien replicado por Driver y el gran número de secundarios, mantiene a flote la película en especial en la segunda media hora de la película donde la cinta coge ritmo, maravilla y deja al espectador con la boca abierta. Sin embargo, el accidentado, disparatado, desconcertante, tedioso y a veces irritante tramo final de la película hace que en el patio de butacas termine mirando el reloj buscando los títulos de crédito finales.


Aun así, los buenos momentos que ofrece
El hombre que mató a Don Quijote hacen recomendable su visionado. Insistimos en el trabajo de Pryce, quien logra conjugar todas las facetas del genial personaje en su interpretación. Por su parte, Terry Gilliam logra terminar este proyecto después de tantos años, no en vano lo ha conseguido al décimo intento, lo que dice mucho de Gilliam. No es un logro más, ¡cuántos proyectos acaban acumulando polvo en un cajón! Vayan al cine a ver El hombre que mató a Don Quijote, y recuerden, los comentarios siempre son bienvenidos.





domingo, 1 de julio de 2018

Los héroes sentimentales, una novela de Rodrigo Murillo


Perú, año 1992. El país andino se encuentra sumido en una terrible espiral de violencia por la guerra sin cuartel que mantienen la banda guerrillera Sendero Luminoso y el Gobierno de la República presidido por Alberto Fujimori, quien acaba de dar un autogolpe de Estado en abril de ese mismo año suprimiendo así el Congreso e interviniendo en el Poder Judicial bajo la justificación de que estas instituciones obstaculizaban la lucha contra la subversión. Así pues, Los héroes sentimentales comienza el día 1 de agosto de 1992, cuando el capitán Santiago Ferré Silva, acompañado por los suboficiales Teodoro Vargas y Pancracio Álvarez y el padre Basilio Huayta abandonan la localidad de San Juan de Juste, ubicada en el Departamento de Ayacucho.

 



A partir de aquí
Los héroes sentimentales nos muestra los sinuosos caminos de la guerra donde cada parte implicada nueve sus fichas en el siniestro tablero de la sinrazón, sembrando allí donde pueden el miedo, la intimidación, la violencia indiscriminada y por último, la muerte. Así pues, buena parte de la población peruana se vio involucrada indirectamente en esta guerra padeciendo sus consecuencias justo en medio de ambos bandos. Cada vuelta de tuerca a lo largo de los episodios de la novela es para dar más espacio a la maldad, la violencia gratuita y los razonamientos maquiavélicos para exterminar al contrario sin importar lo más mínimo los inocentes. Consuela pensar que aunque las puertas del infierno estén abiertas de par en par siempre aparecen personas valientes dispuestas a seguir optando por la justicia, la ley y la verdad, en definitiva, por el bien.

Rodrigo Murillo firma con Los héroes sentimentales su primera novela, un brillante ejercicio narrativo escrito bajo un ritmo trepidante y editado inteligentemente en capítulos de apenas unas pocas páginas de manera que el lector va siguiendo las diferentes líneas dramáticas sin perderse en ellas y manteniendo siempre la tensión en todas sus tramas. No obstante, sí es recomendable a la hora de iniciar la lectura de esta novela ir elaborando una pequeña guía de los diferentes personajes y de las fechas donde suceden los hechos, será de ayuda para quien se acerque a estas páginas.
Los héroes sentimentales está publicado por la editorial Nuevos Talentos y ha ganado el Premio José Ángel Mañas a la Mejor Ópera Prima en la edición de 2018.










domingo, 24 de junio de 2018

En tiempos de luz menguante, una película de Matti Geschonnek


Nos encontramos en 1989. Wilhelm Powileit, histórico miembro del Partido Comunista alemán y alto cargo de la RDA cumple 90 años. Espera que familiares, sobre todo su nieto Sasha, y representantes del estado acudan a felicitarle como todos los años. La reunión estará protagonizada por los más variopintos personajes dando a lugar situaciones surrealistas, tanto como el régimen que representaban.

                                                   


Basado en la novela de Eugen Ruge, Matti Geschonneck, apoyado en un excelente elenco de actores -Bruno Ganz, Sylvester Groth (el maquiavélico Walter Schweppenstette de la serie Deutschland 83) y Evgenia Donina, crea a través de las diferentes generaciones de la familia Powileit y de una mesa una interesante metáfora del inminente derrumbamiento del régimen comunista en Europa del Este y en la Unión Soviética. Conviene aclararlo, En tiempos de luz menguante no es un relato cronológico de este hecho histórico sino una inteligente historia montada para explicar y provocar que el espectador se haga preguntas sobre los antecedentes de lo que iba a suceder a partir del 9 de noviembre de ese mismo año.

Además de los primeros actores,
En tiempos de luz menguante es una película coral donde un buen número de secundarios aportan cada uno de ellos un matiz importante al desarrollo de esta cinta: el partido, el Estado, el ejército, la familia y la política, la sociedad de aquellos países cautiva dentro de sus fronteras y vigilantes a la fuerza unos de otros con un futuro cada vez más oscuro según ha ido pasado en tiempo y en consecuencia, sus vidas. Estrenada a principios del mes de junio, todavía se proyecta en los cines.








martes, 5 de junio de 2018

Eugenio, el documental que pone rostro a la tristeza


La gente muchas veces me dice que le gustaría ser como yo cuando estoy subido en el escenario, mostrando un franca sonrisa mientras canto ante miles de personas un clásico de rock tras otro, a mí también me gustaría ser ésa persona. Bruce Springsteen decía esto en sus memorias y es lo primero que vino a la mente de este bloguero justo después de ver el documental Eugenio, dedicado al genial humorista catalán fallecido en 2001.

Lo cierto es que poco se supo de la vida privada de
Eugenio cuando el humorista era una súper estrella en el entretenimiento nacional. Su presencia era permanente en los principales programas de televisión allá por los años 80, las cassettes de sus chistes estaban presentes en los coches familiares, no había chaval o adulto que no empezara algún chascarrillo en aquella época diciendo saben aquel que diu...

                                                          


Tal vez por esto el documental Eugenio resulte tan demoledor, por lo inesperado que es saber cómo fue la vida de este hombre contada por sus testigos directos: hijos, representantes, ex mujer y amigos. Eugenio Jofra, el hombre de la mirada triste, la cara de palo y vestido de riguroso luto tuvo una larga carrera artística con un comienzo ignoto, de forma accidental se convirtió en humorista y conoció un éxito brutal, pero pronto la vida se le torció de manera trágica al morir en 1980 víctima de un cáncer su primera mujer, el amor de su vida, Conchita Alcaide, dejando viudo y dos hijos de corta edad.

Muchos de
los defectos y aristas de la personalidad del humorista se vieron acentuados a partir de la desgraciada muerte de su mujer, pero sin embargo, los protagonistas del documetal que cuentan a los espectadores la vida y obra de Eugenio también dejan testimonios de una persona generosa que tuvo el valor de reconocer sus errores.

Eugenio murió también joven, no llegó a cumplir los 60 años, víctima de un ataque al corazón.
Sobre las tablas dejó una huella muy profunda con su original y minimalista puesta en escena, su eterna cara de funeral, el manejo de los silencios y el retumbar de su voz que cambiaba de tono grave a nasal a conveniencia. Eugenio, documental firmado por Jordi Rovira y Xavier Baig, descubre la cara oculta de uno de los mejores humoristas españoles de los últimos 50 años.