Portada 3

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viernes, 9 de noviembre de 2018

Un día más con vida, una película de Raúl de la Fuente y Damian Nenow


Cuando cualquier atisbo de civilización desaparece y la ley brilla por su ausencia, cuando todo está destruido, no hay comida, ni agua y sobrevivir es algo irracional, hay tipos que contra toda lógica no sólo no huyen sino que además se ponen del lado de los más desfavorecidos y luchan para que el resto del mundo sepa lo que ocurre en esa esquina del mundo olvidada por el resto de la Humanidad. Uno de estos tipos se llamaba Richard Kapuscinski y escribió un libro con el mismo título en el que se basa esta película dirigida por Raúl de la Fuente y Damian Nenow.

                                                        


Un día más con vida se divide en dos partes, la primera, animada, narra las aventuras de Kapuscinski en Angola en 1975, cuando Portugal abandona su antigua colonia. Tanto EE.UU. como la U.R.S.S. intentan conquistar el nuevo país con el objetivo de hacerse con sus recursos naturales: los yacimientos de petróleo y las minas de diamantes. La segunda parte es una trama documental donde los personajes reales que participan en la historia dibujada nos relatan su experiencia en primer e íntimo plano.

El mérito real de
Un día más con vida, aparte de mostrar con todo lujo de detalles el horror de este conflicto armado y el hecho de ser un país codiciado por las dos súper potencias, es poner al espectador en los zapatos del reportero de guerra y de los dilemas que tiene que afrontar a la hora de ejercer su profesión en tan dramáticas circunstancias, en hacerle reflexionar sobre qué hacer cuando estás en medio de la sinrazón y la locura. En el aspecto puramente audiovisual, la cinta es espectacular: onírica, hipnótica, dramática, cuenta con un montaje trepidante y todo ello acompañado de unos testimonios documentales demoledores. Un día más con vida ha venido para ser un clásico del cine anti bélico.