Portada 3

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lunes, 7 de enero de 2019

Juliet, desnuda, una buena comedia


Basada en la novela de Nick Hornby, Juliet, desnuda es una comedia romántica, pero no al gusto del mainstream, la película tiene mucho más en común con Alta fidelidad que con Notting Hill, por poner dos ejemplos. Los personajes creados por Hornby, con una vida acomodada y sin demasiados problemas, descubren cuando llegan al ecuador de sus vidas que aquello no era lo que esperaban.

                                                    


Duncan, profesor universitario, lidera a través de su blog a una comunidad virtual de pirados fanáticos de Tucker Crowe, un músico que lanzó un único disco, titulado Juliet, desnuda, a principios de los años 90 para luego desaparecer del mapa. Esta grabación es considerada de culto por Duncan y sus seguidores, quienes debaten por cada verso del cancionero del álbum y por cada posible foto o aparición del músico, como si Crowe fuera el mismísimo Bob Dylan. Annie, mujer de Duncan, vive bajo la sombra de la obsesión de su marido hasta que un inesperado giro hace que todo cambie para los tres protagonistas de esta historia.

El detalle que más llama la atención de Juliet, desnuda es el personaje de Duncan. Dibuja muy bien el estereotipo del aficionado a la música pelma, pedante y que se sorprende de que sus ídolos no tengan tan buena memoria como tienen ellos, alimentada por su propia obsesión. La película, en líneas generales, es muy agradable de ver, tiene toques de humor, se desarrolla en un pueblo encantador y cuenta además con las buenas actuaciones de Chris O'Dowd (Duncan), Rose Byrne (Annie) y Tucker Crowe (Ethan Hawke). En definitiva, es una buena comedia para meterse en el cine en una tarde invernal. Dios salve a Nick Hornby.




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