Portada 3

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miércoles, 26 de febrero de 2014

Hay que reconocerlo, el Real Madrid es muy punk


Según la R.A.E. punk significa, en una de sus acepciones, lo siguiente: Movimiento musical aparecido en Inglaterra a fines de la década de 1970, que surge con carácter de protesta juvenil y cuyos seguidores adoptan atuendos y comportamientos no convencionales. En lo que al Real Madrid afecta, si bien ha tenido jugadores preocupados por lo que ocurre a su alrededor, es el final de este significado lo que nos atañe.

                                                     


Comenzamos por
Juan Gómez, Juanito. No comentaremos cosas que el malagueño hizo debido al famoso pronto que tenía, como el pisotón a Mathäus. Sí recordaremos el famoso botellazo que se llevó en Belgrado al ser sustituído. España se jugaba la clasificación para el Mundial de Argentina de 1978. El ambiente estaba muy cargado y venía de lejos ya que la propia Yugoslavia nos eliminó en la clasificación del anterior Mundia, R.F.A. 1974. Un gol con la tibia de Rubén Cano, casi sin ángulo, nos consiguió el pase al campeonato, cuando Juanito se retiraba sustituído al banquillo, no se le ocurre otra cosa que hacer un gesto con el pulgar hacia abajo al público. Una botella lanzada desde la grada le acertó de pleno en la cabeza. Más o menos como Iggy Pop en el escenario esperando la lluvia de escupitajos. Quizá lo más punk que hizo Juanito fue poner un vídeo donde salía toreando una vaquilla en una capea en el autobús del equipo (actividad que los futbolistas de élite tienen prohibida, en definitiva tiene prohibido cualquier cosa que pueda poner en riesgo su integridad física), con el cuerpo técnico y directivos delante. Más o menos fue como decir: me importa un huevo lo que piensen los demás, mirad qué bien toreo... Puro punk. ¡Qué pena fue lo de Juanito! Quienes le conocieron dicen que era muy buena persona. Tuvo el valor de reconocer que se dopó y no saber controlar su carácter, lo que le impidió ser el mejor jugador de Europa.

Pasemos a la directiva. Uno de los
presidentes más punkarras del Real Madrid fue Lorenzo Sanz y por varios motivos. Fichó a un directivo, un tal Calvillo, cuya finalidad era contestar las provocaciones que Joan Gaspart lanzaba desde Barcelona. Si no les parece lo suficientemente punk, fue quien sacó un dinero de la caja del Madrid con el pretexto de tener que jugar una partida de parchís. Con posterioridad se supo que era para pagar una prima a terceros, vamos, ni Malcom McLaren. Alcanzó su zénit el famoso día de la portería, todo un Real Madrid que él presidía no tenía porterías de repuesto después de que una de ellas fuera derribada por el público. Eso le costó la presidencia.

Pasamos a
Ramón Calderón, que si bien le colaron un falso Nicolas Cage en el palco y a gusto que posó con él para las fotos, le concedemos unas Doctor Martens color rojo por aclamar públicamente cuando ganó las elecciones a un tal Nanín, de quien decía no conocer en absoluto el día que dimitió acosado por varios escándalos de los que por cierto, está ganando todos los juicios al respecto.

                                                         


Nuestro
actual presidente, aunque no lo parezca, es un punk de primera. Aplicando para los posibles rivales a las elecciones a la presidencia unas condiciones imposibles de cumplir por un 95% de los que estén interesados, qué menos que cantar a voz en grito “Nooooo future for youuuuuuuu”. Y todo ello con la aprobación de la asamblea de socios compromisarios cercana al 100%, muy a lo búlgaro.

Volvemos a los jugadores.
Thomas Gravesen fue sacado de su plácida existencia en Liverpool como jugador del Everton para jugar en el Real Madrid. Llegó un mes de enero y pronto se ganó fama de futbolista violento y pendenciero. Unos vídeos muy simpáticos que le hicieron en Canal+ mejoraron algo su imagen, pero para el imaginario madridista siempre quedará aquella expulsión a los 10 segundos de haber entrado a jugar como sustituto y su cara desencajada mientras echaba en cara algo a Zidane a la vez que berreaba su mote: Zizouuuuuuuuuu... Cresta e imperdible para él.

                                                       
José María Gutierrez, “Guti” ha sido de los últimos jugadores que ha salido por la puerta pequeña habiendo merecido una buena despedida de la afición, aunque sólo sea por haber estado en el club desde alevines hasta el primer equipo. Su juego discontínuo le privó de gozar de la titularidad como tenía que haber sido. También su carácter le hizo decir cosas de las que seguramente se habrá arrepentido, como descalificar a la afición de Villarreal o decir aquello de: no me veo con 60 años en una discoteca, ahora sí. Johnny Rotten no lo habría hecho mejor. Se le echa de menos, cuando estaba inspirado, justificaba el precio de la entrada, sin duda alguna.

Como ven
el punk y el Real Madrid están muy unidos. Y usted amable lector, ¿recuerda algún punkie madridista que no se haya nombrado aquí?


2 comentarios:

  1. La época de la quinta del Buitre fue bastante punk. Comenzó con Juanito rotten y Lozano intentando llevar de putas a un imberbe Butragueño. La leyenda afirma que no lo consiguieron. Sigue con peripecias punk como la tocada de huevos de Míchel a Valderrama, el sacamorito de Hugo Sánchez al portero del Mallorca Ezaki Badú. O esa otra, cuyos protagonistas no recuerdo, pero que en pleno atasco de la ctra de La Coruña se subieron al coche de Pizo Gómez, el pundonoroso paquete del Paleti, a vacilarle y reirse de él. Por no hablar de Buyo, el portero skinhead, y sus idas de olla.
    Y presidiendo el más punk, Don Ramón. Si a Lorenzo Sanz le llamaba el chico de los cafés!
    Y acaso no era una actitud de lo más punk las medias bajadas de Gordillo?! O la mala leche de Schuster?

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    Respuestas
    1. Don Ramón era un punk de campeonato, fue portada del ¡Hola! metido en la cama con bata de seda a lo David Niven. Su muerte, de hecho fue muy punkie.
      ¿Y qué decir de Fernando Hierro y su "ya no sabes cómo jodernos, ¿verdad?" a escasos milímetros del careto de Gracia Redondo, aquel nefasto árbitro.
      Paco Buyo, quizá debería escribirse con "k", era un jugador que tenía la habilidad de agredir a un contrario y que encima lo expulsaran. También fue muy punkie eso de meter dentro un balón que iba a córner para que el delantero rival lo empujara a gol a placer.
      Sí, el madridismo es punk.

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