Portada 3

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lunes, 10 de febrero de 2014

Cuando el segundo plano supera al primero


Me refiero a las fotografías que inmortalizan instantes previos a la gloria o al fracaso, la delgada línea que separa la victoria de la derrota. El fútbol ha dado buenas fotos, pero el baloncesto también, buen prueba es el final de la Copa del Rey celebrada ayer. Muchas veces se dice que el baloncesto es un deporte del que puedes evitar ver los tres primeros cuartos porque todo se decide en los últimos minutos. Es verdad que puede ser así, pero lo que no quita es la tremenda emoción que tienen estos partidos luchados cuerpo a cuerpo.

                                                     


En las fotos a las que me refiero al principio, lo mejor, lo curioso es ver las
expresiones captadas en la instantánea no del personaje del primer plano, sino de los anónimos que están en el segundo, la gente del público. Por ejemplo, la famosa canasta de Alberto Herreros en la cancha del entonces TAU Baskonia. Quinto partido de la final de la Liga ACB, el TAU, a falta de segundos para acabar tiene el campeonato en el bolsillo, pero cometen todos los errores posibles y el Madrid tiene todos los aciertos, hasta que se llega a este dramático instante:

                                                         

Alberto Herreros está en suspensión mientras Macijauskas intenta llegar a taponar el tiro. Me llama la atención cómo las caras de los espectadores luchan por hacerse un hueco para ver lo inevitable, la animadora arrodillada en actitud suplicante, justo detrás de ella un tipo con camisa blanca lleva sus manos a la boca para ahogar la angustia, supongo, al fondo un hombre con el pie apoyado en la barandilla estar mira la jugada mientras parece pensar “no será capaz” y debajo de él un joven con camiseta gris parece adivinar lo que va a ocurrir tan solo un instante después.

Otra foto mítica es la del desgraciado
triple de Sasha Djordjevic con el Partizán de Belgrado en el último segundo contra el Juventut de Badalona en la final de la Copa de Europa.

                                                       

Tomás Jofresa y Juan Antonio Morales caen víctimas de la finta de Djordjevic mientras el bueno de Lolo Sáinz desde el banquillo parece indicar que se ha acabado el tiempo. Rafa Jofresa, en posición de firmes sigue con la mirada el camino a la derrota, el resto del banquillo quiere detener el lanzamiento, pero es demasiado tarde.

Es la emoción que tiene este deporte,
tan solo unas décimas de segundo se pueden volver eternas. El milagro es siempre posible, incluso puede ir volando por el aire mientras la sirena indica que el tiempo se ha acabado. Creo que es la principal diferencia del baloncesto respecto a otros deportes, la inapelable cuenta atrás del tiempo de juego.

                                                        


Grandes fotos que han quedado para el recuerdo del aficionado. Conviene estar
preparado para la derrota, pues es más corriente que la victoria. El tiempo, de todas las maneras, suele recompensar las cosas. La canasta de ayer de Sergio Llull no es más que la otra cara de la moneda de aquella de Nacho Solozábal en el último suspiro también. No hay nada como saldar viejas cuentas pendientes. Y usted amable lector ¿recuerda alguna foto inmortalizando un instante mítico del deporte?



2 comentarios:

  1. De toda esta fantástica y encendida defensa del baloncesto y su insuperable último minuto, me quedo con la animadora del TAU

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    1. Sí, su gesto es todo un poema la verdad. De fútbol, estuve buscando una foto que creo recordar se hizo durante un partido en la liga inglesa, un jugador acaba de fallar una ocasión clarísima de gol y tanto él como el público detrás están con las manos en la cabeza. Seguiré con la búsqueda.
      ¡Gracias por comentar!

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