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lunes, 22 de agosto de 2016

Una nueva Liga, viejos abusos


Este pasado fin de semana ha comenzado un nueva Liga, hay equipos que se asoman por primera vez a la máxima categoría como es el caso del Leganés, otros parecen consolidarse, como el Eibar y otros seguramente se distanciarán enseguida del resto en su particular lucha por el título de campeón, pero como siempre el aficionado va a seguir aguantando abusos.

La temporada 2016-17 presenta la principal novedad de
jugar los sábados -día laboral a todos los efectos- a las 13:00 horas, además de continuar con los horarios de las 20:45 y 22:00 los viernes, lo mismo que el lunes, al menos en la primera jornada. Bien, se pueden alegar que es lo que hay, otros campeonatos europeos hacen lo mismo y hay que competir por aquello que llaman mercado. Lo que nunca se dice es que en otros países tienen otros horarios y costumbres muy diferentes a las españolas, lo que tampoco se subraya es que, salvo en Inglaterra, los aficionados de las principales ligas de Europa pagan bastante menos dinero que los españoles y que en otros campeonatos continentales saben los horarios de los partidos con la suficiente antelación como planear otras cosas sin importancia como es la vida familiar. A todo esto se suma el agravante de tener que pagar por adelantado los abonos con lo que el aficionado, cada vez más perplejo, indefenso -incluso por su propio club- y desanimado, se ve ante la situación de tener que anticipar un buen dinero sin saber si va a poder asistir a los partidos que paga con la única respuesta a cambio de si no te gusta, ya sabes.

                                                           



Esto en cuanto a los aficionados, pero ¿qué ocurre con los futbolistas? A partir de este pasado fin de semana se enfrentan a una temporada de 10 meses de competición continua, salvo el parón previsto en Navidad. Sumemos la pretemporada, competición europea, Copa del Rey y por supuesto los entrenamientos y los viajes, muchos de ellos con cambio de huso horario incluido. De esta manera queda
un calendario saturado de fútbol, las semanas con partidos europeos o jornada de Liga entre semana suponen un partido diario de lunes a domingo, es decir: negocio.

¿Qué hay de las personas, de los futbolistas, del espíritu deportivo en definitiva? ¿Tan difícil sería reducir la 1ª División a 18 equipos? ¿De verdad no es viable un calendario de Liga de septiembre a mayo, sin partidos entre semana? ¿No sería más interesante una Copa del Rey a único partido en vez de eliminatoria a ida y vuelta? Menos fútbol no es sinónimo de un juego de inferior calidad, todo lo contrario. Menos fútbol y con horarios más razonables sería
un gesto de respeto hacia el aficionado que seguirá al pie del cañón el día que las estrellas, las cámaras y las audiencias desaparezcan de los estadios después de haber quemado este deporte.








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