Hacia rutas salvajes: libro de Jon Krakauer, película de Sean Penn
La
vida, viaje y muerte de Chris McCandless
(1968-1992) no deja indiferente a nadie. Para algunos él fue un loco
inconsciente,
para otros un ignorante
presuntuoso
que tuvo el castigo que merecía. Yo creo que McCandless simplemente
buscaba
respuestas a algunas preguntas,
midió
mal ciertas decisiones
que hay que tener en cuenta cuando uno se adentra en la naturaleza
salvaje, lo
que le costó finalmente la vida.
Chris
McCandless, lector empedernido de Jack London, Tolstoi y Thoreau, fue
un muchacho ejemplar,
muy buen estudiante, hijo de un matrimonio hecho a sí mismo, tenía
además una hermana con la que estaba muy ligado. Al
terminar sus estudios,
fuertemente enfrentado a su padre, rechazó la oferta que éste le
hizo para continuar en una prestigiosa universidad, donó
a una ONG sus ahorros,
se
montó en su coche de segunda mano y partió de la casa familiar en
Atlanta,
sin dejar rastro, para no volver nunca. Su
destino era Alaska.
Una vez fallecido, Jon
Krakauer escribió un reportaje para la revista Outside
contando
la historia, trascendiendo así a la opinión pública
norteamericana. A partir de ahí Krakauer siguió investigando la
vida de McCandless: familia, amigos, compañeros de estudios, gente
que conoció y le trató a lo largo de su aventura, todo ello forma
parte del libro que publicó en 1995.
La narración indaga en
los motivos
que tenía McCandless
para semejante ruptura
familiar,
el conflicto
paterno filial,
qué
visión tenía del mundo
y el
impulso que hay que tener
para hacer lo que hizo. Porque hay que hacerlo, quiero decir: hay que
dejar el trabajo o los estudios, despedirte de los tuyos y salir por
la puerta. ¿Quién no ha tenido las ganas de hacer algo semejante,
pero al final nunca llega a realizarlo? Romper con la vida monótona
y rutinaria que llevamos en la civilización para vivir en un lugar
remoto, acompañado solo por la naturaleza. Esto es lo que hizo Alex
Supertramp,
mote que se puso a sí mismo McCandless para ocultar su verdadera
identidad durante el viaje. Bajo la
premisa
de
usar solo lo
imprescindible
para llevar a cabo su viaje, con una simple mochila a su espalda, sin
tarjetas de crédito, sin dinero en metálico, viajó
desde Georgia hasta Alaska
pasando por Dakota del Sur, el Gran Cañón del Colorado, California,
Washington y Canadá.
No
eches raíces, no te establezcas. Cambia a menudo de lugar, lleva una
vida nómada, renueva cada día tus expectativas.
Esto es lo que le escribe McCandless al anciano Ron, una de las
muchas personas que conoció durante el viaje. El
libro recoge buena parte del conjunto
epistolar
que Chris tuvo con todos ellos. Porque también es una de las partes
importantes de toda esta historia. Todos
aquellos que le conocieron trataron de disuadirle
de lo que se proponía hacer, le pedían que se quedara con ellos
allá donde estuvieran y se pusiera en contacto con su familia, pero
el alma de McCandless
buscaba algo más,
algo que ninguno de ellos podía darle.
Sean
Penn adaptó el libro doce años más tarde para el cine. Facturó
una road
movie
sencillamente inolvidable,
transmitiendo las sensaciones del libro de Krakauer a la perfección.
Primero vi la película y 5 años después, hoy en día, acabo de
terminar de leer el libro. Por cómo recuerdo el film, la
adaptación quita solo lo necesario del libro para
que la narración cinematográfica entre dentro de los cánones
establecidos. Si tienen oportunidad de verla, no lo duden.
Después
de todo esto, solo me queda una duda: ¿por qué siento esta desazón
una vez terminada la lectura, la misma que cuando vi la película?
Quizá porque McCandless era tan solo un poco más mayor que yo, tal
vez porque ese impulso que él tuvo lo llevamos todos dentro, porque
fue una muerte evitable con solo haber llevado un mapa o por lo
idealizado que tengo Alaska. No lo sé a ciencia cierta, pero es así.
Lo que hizo tuvo mérito, otros montañeros o aventureros con mucha
más experiencia que él tampoco consiguieron sobrevivir a
situaciones extremas, McCandless estuvo a punto.
La música de
la película está compuesta por Michael Brook, Kaki King y Eddie
Vedder. Les dejo esta pequeña joya a modo de trailer.
Para mí, sin duda, esta canción es lo mejor de la película de Sean Penn. Esta vez, me temo, estoy en desacuerdo con vd. Me parece fallida, no niego que la peripecia fatal de McCandless es apasionante. Y, tal vez por eso, la pelí me decepcionó. El retrato del protagonista es banal, plano. El estomagante el actor que lo interpreta no ayuda... Como se suele decir, seguro que es mejor el libro
ResponderEliminar¡Bienvenidas sean las discrepancias! El libro es muy recomendable, se lee del tirón. Por ponerle un pero, quizá tiene muchos saltos en el transcurso de la historia e igual una experiencia del autor que queda un poco larga. Aun así, hay que leerlo. Gracias por leer el post y opinar.
ResponderEliminarPulsión de muerte y desafío al poder, esa es la historia de Christopher a quien desprecian en Alaska porque no han entendido nada.
ResponderEliminarPor lo que pude leer de esta historia, así es. Mucha gente ni siquiera intentó comprender el por qué de todo esto antes de dictar el veredicto. Muchas gracias por leer el post y dejar el comentario, malamemoria.
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