El supraser del Bernabéu
Hace
unas cuantas entradas, les hablé del infraser,
el vecino
de abono
del Bernabéu quejoso,
plasta
y en ocasiones insoportable.
Pues bien, hoy toca hablar del supraser,
otro vecino de abono pero antónimo del anterior, alma
libre y feliz
que disfruta de su pasión lleno de optimismo
y con una sonrisa
de oreja a oreja.
El supraser es un señor mayor, entrado ya
en los setenta. Se
relaciona
con los vecinos de localidad de
forma alegre y desenfadada,
busca miradas de complicidad con los que tiene a su alrededor ante
decisiones arbitrales conflictivas o fallos clamorosos de los
jugadores. Se arranca a dar palmas con los cánticos que animan al equipo, los insultantes directamente los ignora y lo
más importante, el
supraser celebra los goles como si tuviera 50 años menos.
Hace
unas cinco temporadas, al arrancar el campeonato de Liga al final del
verano, vimos que el
supraser no estaba,
algo raro porque no se pierde un partido. Estaría aprovechando las
vacaciones. Ya entrados en septiembre seguía ausente, se
encendieron todas las alarmas.
Octubre alimentó el desasosiego
y noviembre nos hizo pensar en lo
peor.
El supraser siempre va solo al fútbol, por lo que era imposible
preguntar a nadie por él. Mis amigos y yo pensamos en tomar nota
exacta de su localidad y pasarnos por las oficinas del club a
preguntar si sabían de su paradero. Para desdramatizar, al llegar a
nuestra grada y ver su asiento vacío, yo comentaba al resto de la
parroquia que seguramente estaría
por alguna playa paradisíaca
acompañado por algún bellezón, un talismán como el
supraser no merece menos.
No colaba, pero al menos lo intentaba.
Afortunadamente,
reapareció
como si nada hubiera pasado,
una lesión en la rodilla le había obligado a pasar por el quirófano
y guardar reposo durante todo ese tiempo. Fue una especie de como
decíamos ayer.
El supraser continuaba
como siempre,
idéntica actitud. Al finalizar el partido como es habitual se acercó
a las localidades de mis camaradas y a la mía, departimos unos
minutos sobre cómo fue el partido y del futuro inmediato del Real
Madrid.
Muy grande el supraser, un espejo
donde todo buen hincha debería
mirarse,
referencia obligada y memoria viva del madridismo de a pie. Como
muestra de que los polos opuestos se atraen, un botón: el supraser
saluda -y cordialmente- al infraser. No debe escuchar las
barbaridades que éste suelta y si las oye, hace caso omiso. Es lo
que tiene ser un supraser. Ojalá
le queden muchos años
de asistencia al Bernabéu. Y que ustedes y yo lo veamos.
Grande señor mayor y gran retrato. Suscribo cada palabra de este texto. No sabía que se saludara con el infra. Imagino que son las dos caras de la misma moneda. De modo que el,supraser es un modelo a imitar y una referencia a seguir, el infra es un vivo (y furioso) ejemplo de ASÍ NO
ResponderEliminarAsí es brigadier, de la misma forma que debería haber una grada infraser, tendría que existir un sector supraser... Mejor que estén repartidos, así contrarrestan a los infras. Gracias por leer y comentar.
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