El
pasado viernes, a primera hora de la tarde, nos sorprendió a todos
la triste noticia de la
muerte de Daniel Rabinovich,
miembro fundador de Les
Luthiers.
Padecía una dolencia cardíaca que ya le había alejado de los
escenarios, pero según contaba Álex Grijelmo en el diario El País
en su obituario, nadie esperaba un desenlace tan rápido.
Les Luthiers en escena
Ver a Les Luthiers sobre el escenario supone pasar un buen rato escuchando buena música interpretada con inverosímiles instrumentos, disfrutar de diálogos ingeniosos e inteligentes, igual que el humor que hacen, pero sobre todo es ir a reírse, así no es extraño sentir antes de entrar en el teatro ese nudo en el estómago que se tiene justo antes de un partido de fúbol de la máxima rivalidad. No es exagerado decir que Daniel Rabinovich era el ojito derecho del público, el luthier más querido. Su vis cómica será difícil de igualar: su atiplada voz que tan bien utilizaba, sus gestos, los personajes desastrosos que encarnaba, los inigualables trabalenguas, todo esto unido provocaba la risa del público y en más de una ocasión, como le pasó a quien esto escribe, de manera descontrolada e imparable. Pero para saber un poco más de Les Luthiers en general y de Daniel Rabinovich en particular, lean a continuación la breve entrevista que Carlos Faruolo ha tenido la amabilidad de conceder a este blog.
Entrevista a Carlos Faruolo, técnico de sonido de Les Luthiers
Si usted ha tenido la curiosidad y buena costumbre de quedarse a leer los títulos de crédito de las películas y series españolas, seguro que recuerda su nombre. Carlos Faruolo es el sonidista (responsable del registro de sonido directo y montaje de la banda sonora: diálogos, efectos y música) de títulos tan importantes en la historia del cine español como Las bicicletas son para el verano, Los santos inocentes, Amanece, que no es poco y más recientemente Celda 211, por la que consiguió uno de los varios premios Goya al Mejor Sonido que ha ganado. Sin más preámbulos, pasamos a la entrevista:
¿Cómo llegas a ser técnico de sonido de Les Luthiers, por cuánto tiempo? Después de trabajar con ellos, ya te quedaste en España, ¿verdad?
La verdad es que fue un poco por casualidad. Un domingo fui, con la que era por entonces mi pareja, a ver una función como simples espectadores, a la salida en el hall del teatro mi ex vio que estaba la mujer de Carlos López Puccio, fue a saludarla ya que una de sus hijas iba al colegio donde mi ex daba clase a parvulitos. Al cabo de un ratito vi que me hacia señas para que me acercara, fui y me comentó que ese día se habían quedado sin técnico de sonido y tenían que encontrar uno rápidamente.. ¡el resto te lo puedes imaginar!
En una de las extensas giras que solíamos hacer, el último destino era Madrid, llegamos en Noviembre, lo recuerdo perfectamente porque me sorprendió ver tantas camisas azules, era el 20N y hacia solo 5 años que había muerto Franco. Mi primer paseo por Madrid: el Retiro, la Puerta de Alcalá, Gran Vía, fue un flechazo, esta era mi ciudad, aquí es donde quería vivir, y así fue, terminé mi contrato de verano con ellos en Febrero y ¡en Abril estaba viviendo en Madrid!
A lo largo de los ensayos, ¿podías ver cómo era el proceso creativo de guión e interpretaciones? En las representaciones, ¿había lugar a la improvisación?
Los ensayos eran muy intensos y a medida que se acercaba el día del estreno no íbamos ni a dormir a casa, pasábamos todo el día y toda la noche en el teatro porque la inspiración les llegaba en cualquier momento. Quiero decir, los temas musicales y muchos de los textos estaban ensayados hacia mucho tiempo, pero la “improvisación”, era lo que llegaba a ultimo momento, se hacían teatrillos y cuando se conseguía la improvisación buena se fijaba y ya era parte del guion. Solo se improvisaba cuando ocurría algo extraño en el teatro y solía ser siempre Marcos (Mundstock).
Los instrumentos que usan en las actuaciones, ¿cómo llegaban hasta el diseño final?
Muchos de los instrumentos vienen de la época de Gerardo Masana, hay un luthier que fabrica en función de las ocurrencias de cualquiera que tenga una buena idea, (creo recordar que se llamaba Carlos Iraldi), luego viene nuestra parte en amplificarlo y ecualizarlo para que suene lo mas parecido al original, el “latin” por ejemplo, había 2, uno lo tocaba habitualmente López Puccio y el otro ocasionalmente Daniel Rabinovich, habían sido fabricados exactamente igual y por el mismo luthier, sin embargo el de López Puccio sonaba realmente como un violín y ¡el de Daniel era una verdadera lata! Recuerdo que Carlitos Núñez se paso años buscando una maquina de escribir que sirviera para su “dactilófono”.
Daniel Rabinovich, siempre interpretando el papel de patoso, con sus inolvidables juegos de palabras y los diálogos enloquecidos con Marcos Mundstock, ¿por qué interpretaba él este papel y no otro miembro de Les Luthiers?
Difícil de responder, Les Luthiers nace como un grupo intelectual y elitista de universidad. Es Carlitos Nuñez, el que, ante la imposibilidad de aprenderse de memoria el Teorema de Thales, le pone música. Le hace gracia y lo representa a sus amigos, que le hace más gracia aún. Al principio el esquema era: Marcos (Mundstock) presentaba a Mastropiero y la gracia era el tema musical en sí mismo, la música y la letra, por ejemplo La bossa nostra o el “cazador que volvió a casa con un fuerte dolor acá”. Trabajaban en sitios pequeños para intelectuales bonaerenses, durante mucho tiempo no se conoció la voz de Jorge (Maronna), ni de Puccio, (ademas, reconozcámoslo, no son buenos actores) solo Daniel hacia el “payaso” porque los demás tenían que ejecutar el tema. Pasó mucho hasta que hablaron, pero de pronto vino el éxito y pasaron a un teatro de 2.000 localidades y el esquema cambió, dejaron de ser tan intelectuales y Daniel paso a ser el contacto del grupo con el publico, el cercano al que le pasaban las mismas cosas que a ti.
En tu perfil de Facebook hablabas el viernes, día de su fallecimiento, de algo que pasó en un pre estreno en Rosario, Argentina, y de una relación de amor en general y de odio ocasional entre vosotros, ¿qué ocurrió ese día?
Pues sí, además de 6 músicos graciosos y excelentes, también eran “la empresa”, aquel que crea que aquello eran todo risas y buen rollo se equivoca. También existían problemas en la relación laboral fuera del escenario, que a veces provocaba pequeños distanciamientos y conflictos que inevitablemente los llevabas al escenario. Lo de aquella noche fue una torpeza, y esta mal que lo diga, pero una torpeza de Daniel, ¡fue la única vez en mi vida que me falto 1 nanosegundo para cerrar el master (cortar el sonido) e irme! Era viernes y había muchísimos nervios, el domingo comimos juntos y nos descojonábamos de risa.
¿Cómo era Daniel Rabinovich como persona?
Era un tipo inteligente, educado, un tipo con mucha cultura, un buen tipo, pero también tenia unos prontos que lo querías matar. No era rencoroso si te equivocas tú, sabía perdonar y si se equivocaba él, sabía pedir perdón.
Él era hincha declarado del Real Madrid y de Independiente, tú del Barcelona y de San Lorenzo de Almagro, ¿hablabais de fútbol? ¿Cómo era Rabinovich en su faceta de aficionado?
¡No recuerdo nunca una conversación de fútbol en todo el tiempo que pasé con ellos, ahora que me lo preguntas, me doy cuenta!
Les Luthiers ya superaron la muerte de Gerardo Masana, miembro fundador del grupo, en 1973, ¿crees que seguirán después de la desaparición de Rabinovich?
Sin ninguna duda, también superaron la de Ernesto Acher (miembro de Les Luthiers entre 1971 hasta 1986 cuando abandonó el grupo), de hecho Daniel hacia ya algún tiempo que no salia de gira. Les Luthiers es mucho mas que un grupo musical, son un Mito, ¡ahora mismo no se entendería una Argentina sin Les Luthiers!
Le echaremos de menos, ¿verdad?
¡Si Daniel no hubiese existido, habría que haberlo inventado! Ha sido un fenómeno cultural de los que posiblemente no vuelvan a existir nunca más.
Como dice Carlos Faruolo, Daniel Rabinovich es insustituible. Se va a hacer muy raro ir a ver a Les Luthiers y que él no esté en el escenario. Ojalá se haya llevado tanto bien como sonrisas ha dejado en este mundo y es que generar felicidad era algo que a Daniel Rabinovich se le daba muy bien.
Muy interesante entrevista, más ahora que estamos a punto de perder a Marcos, el otro puntal del grupo. Sobre la historia del Teorema de Thales, algún día habrá que contar la verdad sobre de dónde le vino la idea a Carlitos...
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Uber Regé! Lo cierto es que no he vuelto a ver a Les Luthiers en directo desde que Rabinovich falleció, se me hace extrano no ver a los cinco juntos. Espero que Marcos Mundstock aguante un tiempo más con el grupo o, al menos, nos alegre la vida con su faceta de actor. Hace unas semanas vi en el cine 'El cuento de las comadrejas' y pasé un rato divertido y agradable.
EliminarLo dicho, gracias por leer la entrevista y por el amable comentario. Un saludo.