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viernes, 21 de febrero de 2014

Vivir es fácil con los ojos cerrados


Hay quien no ve utilidad a esto de los premios Goya, afortunadamente suelen resucitar películas que o bien no has tenido tiempo de ir a ver cuando se han estrenado o bien no han estado mucho tiempo en la cartelera. Para mí este ha sido el caso de la película de David Trueba.

                                                       


En primer lugar, la película es un
perfecto retrato de una España que los que ya tenemos una cierta edad hemos conocido. La España poblada de coches Seat con su inolvidable olor a sky recalentado en verano: los modelos 850, 1.500, 124 (el de mi familia era con los faros redondos, más bonito que el de los faros cuadrados). Un país de viajes interminables por carretera nacional, de bares de gasolinera a pie de travesía urbana, de pueblos con las calles de arena, de señores mayores que, sin conocerte de nada, te recriminaban llevar el pelo largo, de autoritarismo paterno, la España de los años 60 y 70 del siglo pasado.
La película se hace agradable de ver en general. El elenco de actores está muy bien, merecidos premios de mejores actores para los actores principales Javier Cámara y Natalia de Molina, en especial para ella, quizá por ser más novedad de cara al gran público. Cámara encarna al profesor de inglés que tiene la peregrina e inconsciente idea de ir a encontrarse con John Lennon a Almería para que le corrija las letras de las canciones de los Beatles con las que enseña la lengua de Shakespeare a sus alumnos, esa locura que sólo los que tienen verdadera vocación pueden mostrar. Desde luego, la presencia del personaje real en la gala de los premios Goya, fue todo un momento emotivo y de reivindicación de la figura del profesor, para eso también sirven estas cosas. También del elenco hay que destacar la breve aparición de la encargada de la ¿residencia? femenina, tan cabrona e hipócrita ella.

                                                       


Desde luego,
la presencia de las letras en los álbumes de música físicos es algo que recuerdo en los discos antiguos de la discoteca familiar. Seguramente fue en el cambio de formato al CD cuando esa buena costumbre se perdió para poner a cambio carpetas con fotos o imágenes de diseño. Aparte del dinero que se invierte cuando compras un disco, este es otro debate, las letras siempre deben estar a disposición del aficionado, básicamente para que pueda leer qué le están contando.

Volviendo a la película, adjunto aquí, por su interés, el link a la entrada del blog de
Diego A. Manrique en el diario El País donde habla de aquellos días de Lennon en Almería y del libro Juan & John del periodista J. Adolfo Iglesias.

Si no han visto la película, no se la pierdan. De
David Trueba hay que destacar su buen hacer, lo que dice, cómo lo dice y con qué sensatez. Ah, y si no se suelen quedar a ver los títulos de crédito de las películas, háganlo, aunque sólo sea por curiosidad. En el caso de Vivir es fácil con los ojos cerrados, todavía más.



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