Cuando el segundo plano supera al primero
Me
refiero a las fotografías
que inmortalizan instantes previos a la gloria o al fracaso,
la delgada línea que separa la victoria
de la derrota.
El fútbol ha dado buenas fotos, pero el baloncesto también, buen
prueba es el final de la Copa del Rey celebrada ayer. Muchas veces se
dice que el baloncesto es un deporte del que puedes evitar ver los
tres primeros cuartos porque todo se decide en los últimos minutos.
Es verdad que puede ser así, pero lo que no quita es la tremenda
emoción
que tienen estos partidos luchados cuerpo a cuerpo.
En las
fotos a las que me refiero al principio, lo mejor, lo curioso es ver
las expresiones
captadas en la instantánea
no del personaje del primer plano, sino de los anónimos
que están en el segundo,
la gente del público. Por ejemplo, la
famosa canasta de Alberto Herreros
en la cancha del entonces TAU Baskonia. Quinto partido de la final de
la Liga ACB, el TAU, a falta de segundos para acabar tiene el
campeonato en el bolsillo, pero cometen todos los errores posibles y
el Madrid tiene todos los aciertos, hasta que se llega a este
dramático instante:
Alberto
Herreros
está en suspensión mientras Macijauskas
intenta llegar a taponar el tiro. Me llama la atención cómo las
caras de los espectadores luchan por hacerse un hueco para ver lo
inevitable, la
animadora arrodillada
en actitud suplicante, justo detrás de ella un tipo con camisa
blanca lleva sus manos a la boca para ahogar
la angustia,
supongo, al fondo un hombre con el pie apoyado en la barandilla
estar mira la jugada mientras parece pensar “no
será capaz”
y debajo de él un joven con camiseta gris parece adivinar lo que va
a ocurrir tan solo un instante después.
Otra foto mítica es
la del desgraciado triple
de Sasha Djordjevic
con el Partizán de Belgrado en el último segundo contra el Juventut
de Badalona en la final de la Copa de Europa.
Tomás
Jofresa y Juan Antonio Morales
caen víctimas de la finta de Djordjevic mientras el bueno de Lolo
Sáinz
desde el banquillo parece indicar que se ha acabado el tiempo. Rafa
Jofresa,
en posición de firmes sigue con la mirada el camino a la derrota, el
resto del banquillo quiere detener el lanzamiento, pero es demasiado
tarde.
Es la emoción que tiene este deporte, tan
solo unas décimas de segundo se pueden volver eternas.
El milagro es siempre posible, incluso puede ir volando por el aire
mientras la sirena indica que el tiempo se ha acabado. Creo que es la
principal diferencia del baloncesto respecto a otros deportes, la
inapelable cuenta atrás del tiempo de juego.
Grandes
fotos que han quedado para el recuerdo del aficionado. Conviene estar
preparado
para la derrota,
pues es más corriente que la victoria. El tiempo, de todas las
maneras, suele recompensar las cosas. La canasta de ayer de Sergio
Llull
no es más que la otra cara de la moneda de aquella de Nacho
Solozábal
en el último suspiro también. No
hay nada como saldar viejas cuentas pendientes.
Y usted amable lector ¿recuerda alguna foto inmortalizando un
instante mítico del deporte?
De toda esta fantástica y encendida defensa del baloncesto y su insuperable último minuto, me quedo con la animadora del TAU
ResponderEliminarSí, su gesto es todo un poema la verdad. De fútbol, estuve buscando una foto que creo recordar se hizo durante un partido en la liga inglesa, un jugador acaba de fallar una ocasión clarísima de gol y tanto él como el público detrás están con las manos en la cabeza. Seguiré con la búsqueda.
Eliminar¡Gracias por comentar!