Hoy
en día vemos mucha gente con barba por la calle, en nuestros
entornos, en la vida cotidiana, vaya. Nada nuevo ni original, cuando
volvieron a llevarse quien esto escribe se acordó de Jim Morrison,
Doug Clifford o de los propios Beatles... años 60 ni más ni menos.
Pero ¿cómo ha vuelto esta moda?
Quizá
quien más ha hecho para que vuelva a la actualidad ha sido de nuevo
la música. Grupos como Band of Horses o Eels han hecho de la barba
su santo y seña, reivindicando tal vez ese toque folk capilar con
intenciones alternativas, calando en buena parte de sus seguidores.
El pasado 28 de abril tocaban Mr. E y sus chicos en la sala Riviera
de Madrid. Iba acompañado por un grupo de amigos y yo me quedé en la
calle esperando a que uno de ellos llegara ya que tenía su entrada.
Quedé con el resto del grupo en el interior de la sala, en una zona
más o menos localizada. Puedo afirmar que el 98% de los asistentes
lucía barba, desde las recortadas y cuidadas hasta las de
proporciones bíblicas. Mis amigos lucían entonces y lucen ahora de estas últimas, pero aún así los encontré a pesar de la oscuridad de
la sala -el concierto iba a empezar- y del ejército de barbudos que
llenaba el recinto. La banda vestía chandal Adidas retro, como
llevaban las selecciones deportivas de la extinta RDA en los años 80
con unas barbas largas y frondosas. Mr. E, subido a una tarima y
agitando unas maracas como un enterrador luce su pala, por momentos
me recordó a Tom Waits. El repertorio me sorprendió al ser
rabiosamente rockero, esperaba un set list más pop y melancólico.
Al final, mientras los pipas -también barbudos- recogían el
escenario y las luces del escenario ya estaban apagadas, la banda
regresó al escenario y regaló dos canciones a la mitad del aforo
que todavía permanecía dentro de la Riviera. Todo terminó al grito
unánime de ¡Sí-se-puede!
entre caras de incredulidad y felicidad. Un gran concierto, sin
duda.
Pero volvamos a las barbas. Justo un año antes, tuve la oportunidad de visitar Williamsburg, barrio de Brooklyn. Allí, entre tiendas de ropa, librerías y bares de música, las barbas campan a sus anchas. ¿Serían todos fans de este tipo de música o la barba venía dada por otro tipo de inspiración? Por aquel entonces, ya estaba más que extendido el término hipster. Este anglicismo que todavía no contempla la RAE, hizo sentirme mayor ya que otras nuevas palabras que se incorporaban al vocabulario popular las conocía y sabía exactamente a qué se referían, pero con ésta reconozco que estoy fuera de juego. He oído diversas versiones: ser hipster, más que un look, es una actitud frente a la vida en cuanto a maneras de alimentación, seleccionando productos ecológicos, no industriales; hábitos de lectura muy segmentados, etc... Otra, más dominante, es la referida a la apariencia personal: pantalones pitillo, flequillo, gafas de pasta, gadgets de última tecnología y por supuesto, barba. Definitivamente no tengo muy claro qué es ser un hipster y si llevar barba convierte a quien la lleva en uno de ellos.
Por otro lado, el pasado 8 de noviembre, Almudena Ariza corresponsal de TVE en Nueva York, informaba en este reportaje que un jugador de los Red Sox, equipo de baseball de la ciudad de Boston, decidió dejarse barba para ver si cambiaba la tendencia perdedora de la formación, no en vano la pasada temporada terminaron en los últimos puestos de la clasificación. A partir de ese momento, la suerte del equipo cambió por completo y empezaron a encadenar buenos resultados. El resto de la plantilla también se dejó crecer la barba, incluso el público acudía al estadio luciéndolas, naturales o postizas, haciendo causa común con el equipo, aportando entre todos un poco de esperanza. Pues bien, hace tan solo unos días, los Sox han ganado las series mundiales. Los jugadores llevaron el trofeo de campeones al punto donde estalló la bomba durante el maratón del pasado mes de abril, compartiendo un poco de alegría con la ciudad entera golpeada por el terrorismo.
Así, hemos visto diversos motivos por los que lucir una buena barba. Elija usted uno. Larga vida a la barba, a Mr. E, al rock & roll y a los Red Sox.
Pero volvamos a las barbas. Justo un año antes, tuve la oportunidad de visitar Williamsburg, barrio de Brooklyn. Allí, entre tiendas de ropa, librerías y bares de música, las barbas campan a sus anchas. ¿Serían todos fans de este tipo de música o la barba venía dada por otro tipo de inspiración? Por aquel entonces, ya estaba más que extendido el término hipster. Este anglicismo que todavía no contempla la RAE, hizo sentirme mayor ya que otras nuevas palabras que se incorporaban al vocabulario popular las conocía y sabía exactamente a qué se referían, pero con ésta reconozco que estoy fuera de juego. He oído diversas versiones: ser hipster, más que un look, es una actitud frente a la vida en cuanto a maneras de alimentación, seleccionando productos ecológicos, no industriales; hábitos de lectura muy segmentados, etc... Otra, más dominante, es la referida a la apariencia personal: pantalones pitillo, flequillo, gafas de pasta, gadgets de última tecnología y por supuesto, barba. Definitivamente no tengo muy claro qué es ser un hipster y si llevar barba convierte a quien la lleva en uno de ellos.
Por otro lado, el pasado 8 de noviembre, Almudena Ariza corresponsal de TVE en Nueva York, informaba en este reportaje que un jugador de los Red Sox, equipo de baseball de la ciudad de Boston, decidió dejarse barba para ver si cambiaba la tendencia perdedora de la formación, no en vano la pasada temporada terminaron en los últimos puestos de la clasificación. A partir de ese momento, la suerte del equipo cambió por completo y empezaron a encadenar buenos resultados. El resto de la plantilla también se dejó crecer la barba, incluso el público acudía al estadio luciéndolas, naturales o postizas, haciendo causa común con el equipo, aportando entre todos un poco de esperanza. Pues bien, hace tan solo unos días, los Sox han ganado las series mundiales. Los jugadores llevaron el trofeo de campeones al punto donde estalló la bomba durante el maratón del pasado mes de abril, compartiendo un poco de alegría con la ciudad entera golpeada por el terrorismo.
Así, hemos visto diversos motivos por los que lucir una buena barba. Elija usted uno. Larga vida a la barba, a Mr. E, al rock & roll y a los Red Sox.
Y hoy cuando llegaba a casa por la tarde, un análisis en la tele sobre los famosos: con barba o sin barba.
ResponderEliminarLa barba mola, es cómoda, puedes jugar con ella y un buen día te la quitas y siempre hay una figura femenina mayor que lemdice a tu cara de panoli: estás más guapo sin la barba
O que se te queda cara de niño cuando te afeitas je je je... Es muy cómoda y ahorra tiempo, tan escaso hoy en día. ¡Viva la barba!
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