Ya
saben ustedes, el encabezamiento de este post es el título de la canción que ha grabado el Real Madrid
para tener una canción coreable por parte de los aficionados.
Dicho
en otras palabras, el
Club de Chamartín busca su You'll
Never Walk Alone
particular,
busca intensificar la mística de las grandes ocasiones con una
canción identificativa, propia, para éstas y para las que no lo son
tanto. El Club, con mayúsculas, ya me entenderán, ha tenido la
gentileza de regalárnosla a los socios, para que vayamos
aprendiéndola, imagino.
Una vez escuchada unas cuántas veces, la primera impresión que da la canción es que a Florentino Pérez le han metido un gol por toda la escuadra. Al presidente del Real Madrid, le han colado en la ortodoxia florentinista lo que parece un himno soviético de tomo y lomo. Redoble de tambores y coros ampliamente reverberados hacen parecer al que escucha la canción que se encuentra en la Plaza Roja de Moscú asistiendo al desfile conmemorativo de la Revolución de Octubre, ¿verdad?
La canción en sí no está mal. Tiene partes de la letra que están bien, pero a mi modo de ver peca de buscar lo emotivo con las palabras equivocadas. Hace unas pocas entradas señalaba lo difícil que es escribir esas canciones que llegan a lo más hondo de quienes las escuchan, porque éstas están compuestas con las palabras más sencillas. Analicemos el estribillo: Madrid, Madrid, Madrid, ¡Hala Madrid! Y nada más y nada más... ¿Y nada más? ¿Y nada más de qué? No entiendo esta resolución del estribillo, siendo esta parte la que más va a ser recordada.
En fin, esta canción es mejor que aquel Himno del Centenario, cantado por un madridista insigne como Plácido Domingo y compuesta por José María Cano, integrante de Mecano. Pretender que los aficionados coreen un himno cantado por Plácido Domingo ha tenido el efecto que se ha visto, es decir, ninguno. Por otra parte, la letra se nota que está escrita por alguien que, seguramente ha puesto lo mejor de sí mismo, pero no ha pisado una grada en su vida, me refiero a una grada de pie: Juegas en verso, que sepa el universo cómo juega el Madrid. Eso no sale de la garganta de un aficionado un sábado de enero con 0º de temperatura ambiente en el estadio, se lo digo yo amable lector. Así es comprensible el cariño con que se canta el himno oficial de los años 50, el de las mocitas madrileñas, que ha sido cantado por nuestros abuelos, más tarde por nuestros padres, ahora por nosotros y lo cantarán nuestros hijos, porque de eso versan los himnos.
¿Triunfará el Hala Madrid y nada más? Lo normal en estos casos es que salte de la grada al Club y no al revés que cuaje por sí sola en la afición y que luego el Club la haga suya, como pasó con el You'll never walk alone y el Liverpool. Veremos, la afición tiene la palabra ahora.
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