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miércoles, 5 de marzo de 2014

Sobre Diego Costa, los España-Italia y Carles Puyol


Hoy debutará con toda probabilidad Diego Costa con la selección española. Si bien no es el primer jugador no nacido en España que juega con nosotros, quizá esta vez hay algo de controversia con esta nueva incorporación. Puede ser debido a la manera de jugar que tiene, es verdad que este tipo de futbolista, pillo, pendenciero y dado a la pelea, cae mal siempre y cuando no milite en tu propio equipo. Ruego al aficionado que tenga la bondad de leer este post que haga memoria y compruebe cuántos jugadores del perfil del hispaño-brasileño juega en el presente o ha jugado en el pasado en su equipo; más de uno y más de dos ¿verdad?

                                                         


El hecho es que
Diego Costa es un delantero fenomenal y con su inclusión en la selección todos nos beneficiamos: aumenta la competencia entre los candidatos a la lista definitiva de cara al Mundial del próximo verano, todos darán lo mejor de sí mismos en estos meses que quedan para estar dentro de ella, es un delantero desequilibrante y además contribuye a bajar la media de edad de la selección que, ay, va subiendo inexorablemente.
Otro aspecto a valorar es la
valentía que ha demostrado en su decisión de jugar con nosotros. Renunciar a jugar con tu propio país cuando organiza y juega en casa el Mundial es un detalle a apreciar, era el camino más fácil, él ha elegido el del salmón. Además lleva ya muchos años aquí, en España ha desarrollado su carrera y bueno, no tenía por qué elegirnos, pero lo ha hecho. Es de agradecer, sobre todo viendo cómo se las gastan en Brasil, véase el caso Barbosa.

                                                        


Los
España-Italia van camino de convertirse un clásico y afortunadamente estamos cambiando la tendencia a nuestro favor. Si bien los italianos tuvieron el descaro de ganar nuestro propio Mundial, en realidad fue mucho mejor que lo hicieran ellos con su elegante Bruno Conti, con Bergomi que se retiró hace relativamente poco y con la celebración de Marco Tardelli. Decía que mejor ellos antes que la sospechosa Alemania de 1982, con la gorra blanca de Schumacher y la injusta eliminación de Francia en semifinales con aquella flagrante agresión a Battiston. Italia nos eliminó de la Eurocopa de 1980 y de 1988, del Mundial de 1994 con el famoso codazo de Tassoti... vaya, teníamos varias cuentas pendientes con ellos y bien que las vamos saldando: les eliminamos por penaltis en cuartos de la Eurocopa de 2008, les pasamos por encima en la inolvidable final de la Eurocopa de 2012 y finalmente les eliminamos en las semifinales de la Copa Confederaciones del año pasado, también por penaltis. Yo no creo en las revanchas, un partido o eliminatoria perdida supone una ocasión perdida, irrecuperable; creo más en las cuentas pendientes. Hoy es sólo un amistoso, pero contra la tetracampeona eso no vale.

                                                         


Ayer nos enteramos de que
Carles Puyol abandonará el F.C. Barcelona castigado por las lesiones, incapaz de mantener la exigencia necesaria para jugar en este club. De cara a su afición es una pérdida quizá ya lógica por la edad (35 años) y además de afirmación del sentimiento hacia su equipo. Bien habría podido quedarse cumpliendo los dos años más de contrato que tenía firmados, llevarse el dinero y jugar cuando su físico se lo hubiera permitido, pero ha elegido marcharse a tiempo. Eso le honra. Como madridista lo único que puedo decir de él es que ha sido un futbolista que hace mejorar al contrario ya que obliga a dar todo para poder llegar a superarle. Ha sido un rival a respetar, a dignificar. Ha tenido un comportamiento intachable, deportivo, siempre sensato en lo que ha dicho y ha hecho. Ha sido, es un futbolista que ha engrandecido el fútbol. Es de esos defensas con los que te bates el cobre durante 90 minutos y luego abrazas sinceramente al terminar la batalla. Me quedo con el recuerdo de ese cabezazo suyo  casi desde el punto de penalti en la semifinal del pasado Mundial de Sudáfrica contra Alemania, mandando al diablo definitivamente todos los fantasmas que afectaban a nuestro fútbol, preludio necesario de la máxima alegría futbolera que muchos nos llevamos hace ya cuatro años. Carles Puyol, un futbolista, con todas las letras.

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