12 años de esclavitud ¿tan buena como para ganar el Oscar a la mejor película?
Es
verdad que por mucho que se lean
libros,
se vean películas
o se escuchen historias
sobre la esclavitud,
nadie está curado
de espanto,
en imposible ser inmune a tanto sufrimiento, a tanto desprecio y
abuso hacia otras personas, iguales que los que oprimen, maltratan,
violan, acosan...
En el caso de 12 años de esclavitud, la
diferencia con otras historias es que el protagonista Solomon
Northup,
interpretado por Chiwetel
Ejiofor,
es un hombre de color que vive
libremente
en el Estado de Nueva York en los años 40 del siglo XIX. Casado y
con dos hijos, es un violinista con cierta fama y vive
confortablemente. Engañado
por unos falsos representantes artísticos, es
secuestrado,
despojado de su identidad y por último llevado
a Luisiana donde es vendido
y por tanto, convertido
en esclavo.
El
reparto está realmente excelente, el propio Ejiofor, la oscarizada
Lupita
Nyong'o está
increíble, justo premio para ella; Paul
Giamatti
con su breve personaje acojona
más que algunos de los negreros,
Michael
Fassbender
pocos mejores que él para hacer el papel de un cabrón redomado,
incluso Brad
Pitt
con su cameo está fenomenal. El
Oscar a la mejor película sí me parece exagerado.
No digo que la adaptación del libro original de Northup esté mal
hecha o los actores mal dirigidos, el hecho es que en el trascurrir
de la película el espectador se encuentra en la butaca con la
sensación de que todo
esto está quedando un poco largo.
La
tensión dramática pega un bajón tremendo,
haciendo que los 134 minutos de duración pasen muy lentos. Cierta
trama de la acción tendría que haberse resuelto antes.
Por otro lado, el
uso de la música
subrayando los momentos más duros de la historia se
hace repetitivo,
máxime cuando no hace falta en absoluto, la acción no necesita de
ese énfasis.
Viendo 12
años de esclavitud
cualquiera se puede transportar hacia esos estados sureños de los EE.UU., sentirse
en la
piel de Solomon,
vivir la injusticia, la deshumanización, el racismo, el horror. Lo
triste es que si bien se ha avanzado mucho con estos temas, hoy en
día, en
pleno siglo XXI existe el tráfico de seres humanos
hacia nuestras costas, hay
mujeres que desaparecen
en México, personas
que mueren en los movimientos migratorios
de África a Europa, de Centroamérica a Norteamérica, mujeres que
son secuestradas y obligadas a prostituirse por todo el mundo,
incluido nuestro propio país. Ya lo cantaba The
Clash
hace 35 años en White
man in Hammersmith Palais:
si
Adolf Hitler aterrizara hoy, ellos le enviarían una limusina.
12
años de esclavitud,
todavía están a tiempo de ir a verla.
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