Portada 3

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martes, 18 de marzo de 2014

El Intérprete, lo de Asier Etxeandia es puro teatro


Casualidades de la vida, esta obra, a pesar de ser vivamente recomendada por mi entorno, se me escapó cuando estaba en Madrid y en un viaje relámpago para ver a la familia, resulta que estaba en cartel en el Teatro Coliseo de Eibar, y creo que gracias a la pericia de nuestra familia, nos llevamos las dos últimas entradas.

                                                      
La primera sorpresa viene ya en el aviso al público. Quizá conscientes de cómo se comporta la gente con los teléfonos y tabletas, los artistas, la compañía, permiten que cada cual haga lo que estime oportuno, incluso proporciona un hashtag para que los espectadores luego suban sus fotos o vídeos a Twitter, que no es otro que #ElIntérprete.

Todo comienza bajo una premisa. Nos encontramos en
1984, Asier Etxeandia tiene 9 años si no recuerdo mal. Nos encontramos en su habitación de un primer piso de la calle Autonomía de Bilbao, calle de infernal tráfico que yo recuerdo como camino de entrada al Bocho de los autobuses que comunican Madrid con la capital de Vizcaya. El niño es el hijo único de un matrimonio que no deja de pelearse y además tiene que convivir con el acoso, con el matonismo que sufre en el colegio. Acoso y matonismo, sí, palabras castellanas, no como ese hortera anglicismo: bullying. Así pues, lo único que le queda son las canciones que canta solo en su habitación y sus amigos imaginarios, es decir, el público.

¿Qué es El Intérprete? ¿Un musical? En parte, sí. ¿Un monólogo? Hummm... no. ¿Un concierto? No exclusivamente. ¿Es cabaret? En parte lo es, sí. ¿Es teatro? Sí, del bueno, lo de Asier Etxeandia es puro teatro. Es una pasada cómo canta, cómo domina los imprevistos que plantea el público: sonríe al de la primera fila que intenta encuadrarle con el móvil, acerca una botella de tequila al que no deja de toser (curioso ese fenómeno, empieza uno y se abre la veda); cómo improvisa, cómo levanta a sus amigos imaginarios con las canciones, cómo domina el escenario.

La escenografía es tan austera como efectiva, en realidad no necesita más: un telón rojo de fondo, un micro de pie, una mesa con unos pocos objetos de atrezzo y los músicos: el pianista Guillermo González, el bajista Enrico Barbaro y el percusionista/guitarrista Tao Gutiérrez. Esto y una selección de canciones realmente brillante.

                                                        


En uno de los momentos de la obra, justo después de una canción, Etxeandia retoma el texto:
“He suspendido casi todas las asignaturas”, una señora del público no puede cortar la risa que le viene del anterior número musical, Etxeandia mira hacia donde viene la risa y suelta con cara de angustia: “No te rías, estoy acojonado”, a continuación suelta la retahíla de muy deficientes que tiene que presentar ante sus padres, ante el silencio sepulcral del respetable. Y es que aunque uno llega a sonreír y pasarlo en grande ante lo que está viendo, el trasfondo de la obra es un drama tremendo: un niño especial, creativo, sensible e imaginativo, con un talento fuera de lo común, es incomprendido por el mundo que le ha tocado vivir y por las personas que conviven con él.

Fueron exactamente
dos horas que se pasaron en un suspiro, un tiempo que deja a los amigos invisibles con ganas de más. El teatro estaba abarrotado por segundo día consecutivo. Si tienen la oportunidad, no se pierdan El Intérprete. Asier Etxeandia es un actor de primera. Desde luego, conmigo ya tienen un amigo invisible para siempre. Espero repetir.

2 comentarios:

  1. Yo también he estado en Madrid viéndole dos veces ya.... Estoy deseando que vuelva, para llevar a mi hija de 16 años y que vea lo que es ganas de vivir, de sonreir, de disfrutar , de ser distinto de la norma y que eso sea especial, no una lacra, en definitiva, como defender tu sombrero, como dice Asier en su espectáculo. Una maravilla de intérprete, un espectáculo que te llega hasta lo más hondo.

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  2. ¡Hola Bego!

    Yo también estoy deseando que vuelva pronto. Qué sensación la de estar pasándolo genial y a la vez percibir el drama que cuenta la historia. Estoy contigo, una maravilla de intérprete. Espero que a tu hija le guste tanto como a nosotros.

    Muchas gracias por leer el post y dejar tu comentario.

    Un saludo.

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