Portada 3

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lunes, 21 de julio de 2014

Solo los amantes sobreviven, de Jim Jarmush


Si bien confieso que soy un admirador de Jim Jasmush, desde que vi su última película, Los Límites del Control, andaba muy suspicaz por cómo serían sus próximos trabajos dada la tremenda desilusión que me causó, y bien que lo sentí, esta película rodada, casi toda, en Madrid. Entre esto y otros asuntos, he ido retrasando la visita al cine para ver Solo los Amantes Sobreviven. Afortunadamente, quedan salas de cine que aguantan en cartelera determinadas películas.

                                                          


La
primera parte de la película hizo aumentar mi suspicacia, el ritmo es un tanto lento, la presentación de los personajes llega a ser un tanto tediosa. Nos situamos, Detroit la antigua capital de la industria automovilística norteamericana, actualmente, como sabrán, en bancarrota, acoge en un chalet abandonado a Adam (Tom Hiddleston). Aquí he de destacar el brillante trabajo del equipo de arte y decoración de la película, Adam es músico y tiene un estudio montado en su casa realmente apetecible, muebles vintage se mezclan con guitarras históricas, una mesa de mezclas, unos amplificadores preciosos, magnetofones de dos pistas Revox, con esas bobinas que giran sobre su eje a distinta velocidad mientras pasa la cinta por las cabezas magnéticas... un regalo para los ojos, vaya.

En
Tánger se encuentra Eva (Tilda Swinton), la ciudad marroquí ofrece un escenario inquietante y exótico a ojos del espectador. Allí frecuenta a Marlowe (John Hurt) y a su asistente Bilal (Slimane Dazi a quien podríamos considerar el Ricardo Darín magrebí dado su parecido físico). Salvo Bilal, todos los personajes son vampiros, pero nosferatus del siglo XXI, es decir, tienen mucha pasta, no van asaltando cuellos ajenos, viajan en business e intentan no molestar a los vivos. Así, Adam y Eva, que son amantes, se reencuentran en Detroit a petición del músico mediante la más original videoconferencia que he visto.

A través de ellos y otros personajes
vemos la ahora decrépita Detroit, escenarios en otra época increíbles ahora languidecen como aparcamientos ruinosos, barrios enteros abandonados, avenidas solitarias, ¡qué desastre! Como decía antes, la película transcurre hasta este punto un tanto lenta y desesperante, pero todo da un giro de 180º cuando entra en escena Ava (Mia Wasikowska), la hermana de Eva. También de condición vampira, la joven y atractiva nosferatu vuelve del revés la película, dotándola de ritmo y gracia. A partir de aquí, la película camina a su resolución con todos los engranajes de la narración perfectamente ajustados.

Me alegro, pues, de haberme reconciliado con
Jim Jarmush. En Solo los Amantes Sobreviven hay claros elementos de su cine más exitoso: juegos de palabras, juegos con los nombres de los personajes (Adam, Eva, Ava...) tan comunes en el cine de Jarmush; coches, creo que nadie como él rueda tan bien a los coches por avenidas solitarias por la noche; diálogos ágiles; humor, a veces un tanto surrealista... Si a todo ello le sumamos el trabajo de decoración y por supuesto una música marca de la casa, molona como ella sola, el resultado es una buena película. Solo los Amantes Sobreviven, vayan a verla, todavía están a tiempo.





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