Finalmente
se ha consumado la marcha
de Ángel
Di María
del Real
Madrid,
tristemente me atrevería a decir. El jugador argentino vino
procedente del Benfica
lisboeta por algo más de 20 millones de euros y se marcha dejando,
según publican los periódicos, unos 80 millones, puede parecer un
negocio redondo, pero eso el tiempo lo dirá.
Situémonos justo un año atrás, finales de agosto de 2013. Di María y Özil se reparten las papeletas de salida ante la llegada de Gareth Bale. Como el mismo Zinedine Zidane dijo públicamente, el jugador alemán decidió rendirse y el argentino, luchar por el puesto. La llegada de Bale suponía retocar, como cada año, el dibujo táctico del equipo. Di María no sólo se adapta a su nueva ubicación en el césped, sino que ha sido durante la pasada temporada de los jugadores más determinantes, sobre todo en las finales de la Copa del Rey y de la Copa de Europa.
Sobre las cifras que se han hablado mientras se fraguaba el traspaso al Manchester United del jugador argentino, me asombra que haya gente que se lleve las manos a la cabeza porque, supuestamente, Di María haya pedido 8 millones de euros de sueldo, mientras que ve lo más normal del mundo pagar 80 millones por un jugador que, a día de hoy, no ha demostrado nada. A un jugador que se lo ha ganado, no, ¿dónde se cree que va?; al Mónaco, sí, cómo no. Y lo que haga falta.
Todo esto viene a demostrar el proyecto deportivo de Florentino Pérez: ninguno, no lo hay. Que dos jugadores destacan en el Mundial, se les ficha cueste lo que cueste, hagan falta o no al equipo. Será por dinero. No dudo de Navas y James sean excelentes jugadores, pero ¿con Casillas, Diego López y Ángel Di María hacían realmente falta? Que el señor Pérez es un empresario de éxito nadie lo discute, pero como presidente del Real Madrid deja bastante que desear. A los socios nos quedan las elecciones para intentar cambiar el rumbo, pero claro, ahora que caigo en la cuenta, con la reforma de los estatutos sociales del Madrid promovida por el presidente actual, se pueden presentar el propio señor Pérez y otro, creo, y a este otro no se le ve muy interesado.
Una vez dicho todo esto, hay que seguir adelante. Di María ya no está, Diego López tampoco. Bienvenidos sean los recién llegados y los que queden por venir, porque el mercado de fichajes todavía no está cerrado, quién sabe. Su suerte es la de todos los seguidores del Real Madrid. Una vez más, toca empezar la temporada con un profundo cambio de equipo, poco importa que el año anterior se haya ganado la ansiada Décima Copa de Europa, la Copa del Rey, casi se gana la Liga... en fin, es lo que hay. Estamos viendo cómo empieza la temporada, veremos cómo acaba. Y con un dragón en la camiseta...