En Textos de Amor y Odio se habla de cine, literatura, música y de fútbol. La intención no es otra que crear debate y ofrecer pistas que pueden ser interesantes para el lector. Entren libremente, marchen sin novedad y dejen algo de la felicidad que traen.
Aunque
ahora parezca mentira, hubo un tiempo en que la televisión
pública españolaera
una referencia para el deporte
(y también para la música), donde el fútbol, baloncesto, natación o el
atletismo eran tratados con la seriedad, rigor y respeto que
merecen tanto las propias disciplinas como el espectador que dedicaba
su tiempo a ver aquellos míticos programas de los que sólo quedan
el recuerdo de quienes pudimos disfrutarlos.
Afortunadamente,
en el canal Teledeporte
hay un espacio que sigue la senda de aquel mítico Estudio Estadio de
los años 70, 80 y 90 (nada que ver con el actual y decepcionante
formato), de Estadio 2 o del propio Teledeporte que, como los más
veteranos recordarán, era resumen de la actualidad deportiva que se
emitía en la franja nocturna en TVE. Se trata de Conexión
Vintage, dirigido por Paco Grande.
Apoyándose
en el extenso archivo documental de TVE, Grande devuelve al
espectador las historias deportivas y sus protagonistas que en el
pasado formaron parte de nuestras vidas y que tanto nos emocionaron:
Carlos Alonso Santillana, Quini, Luis Aragonés, el Betis finalista
de la Copa del Rey en 1977, los mundiales de Carlos Sainz, el
Tarangu, Bahamontes, el mítico Torneo de Navidad del Real Madrid de
baloncesto, los deportes vascos, el mítico y tristemente
desaparecido Campo del Gas de Madrid...
Paco Grande continúa
con el rigor profesional que mostraban en la pequeña pantalla José
Ángel de la Casa, Mari Carmen Izquierdo, José Félix Pons, Héctor
Quiroga y tantos otros. Alejado del actual periodismo deportivo de
gritos, camiseta sudada y forofismo rancio, distante del esperpento y
del 'show' televisivo, Paco Grande, con Conexión Vintage, nos
recuerda que la televisión
pública debe tener una vocación de servicio
para el espectador y de compromiso
moral con nuestro patrimonio cultural y deportivo
y por supuesto, con sus valores, como pudimos ver el pasado viernes
con la emisión de este programa.
Si
no pudieron verlo en directo, éste todas las demás ediciones de
Conexión Vintage están colgadas en la página web de RTVE, entren y
disfruten de nuestros recuerdos, de nuestros héroes, de nuestro
deporte.
Formado
en 2007, Vallarna
cuenta en sus filas con tres castellanos y un cántabro que han
recogido la tradición musical de estas regiones, piezas para
dulzaina y canciones tradicionales. Javier
Román, Arturo Rodríguez, Jesús Enrique y Carlos Martín Aires
se conocieron en Valladolid, crearon el grupo basado en su común
interés en el folk de su tierra. Tocaban habitualmente en el bar
Maeloc de la capital castellano leonesa. A partir de ahí, grabaron
una maqueta con la que ganaron los premios del Concurso Escenario
Prau de Cantabria y del Folkez Blai de Ermua, Vizcaya.
Estos
premios les dieron el empujón para lanzarsu
primer disco, Km. 90,
punto kilométrico que marca la mitad del camino entre Valladolid y
Campoo. El álbum está formado por doce cortes donde la tradición
musical castellano-cántabra cobra un nuevo impulso tomado del acento
marcadamente celta que Vallarna imprime a las versiones de estas canciones, apoyándose en instrumentaciones
cercanas al rock. Así, podemos encontrar la emotiva Los que rondan son los mozos,
la viva Arriba en la ermita y la costumbrista Con el agua del limón.
Son letras, historias tan sencillas que llegan a tocar el alma de
quienes se aventuran a escucharlas, testimonios de una forma de
vivir, de unos personajes, de unas tradiciones que se están
perdiendo con el tiempo.
Han tenido que pasar casi diez años
para que el segundo trabajo de Vallarna vieran la luz. Si Km. 90 fue
editado por Fak Records, Pimentón
Puro
ha tenido que ser financiado mediante una campaña de micro
mecenazgo. De esta forma, el pasado mes de mayo se acabó, con éxito,
el plazo para aportar una pequeña cantidad económica para que este
nuevo
disco de Vallarna.
Quienes nos enteramos tarde de esta iniciativa nos tenemos que
conformar con el adelanto de Pimentón Puro: Me voy por verte, una gran canción. Vallarna está presente en Facebook, donde
informa de sus conciertos, apariciones en los medios de comunicación
y, claro, dónde se puede conseguir Pimentón Puro. Vallarna, folk
puro en castellano. No se lo pierdan.
Los
más veteranos de este foro lo recordarán, el infraser era
el vecino de abono de este bloguero en el Bernabéu, quien se
pasaba los partidos subrayando los errores de los jugadores del
Madrid,
mientras permanecía en silencio ante las cagadas de los futbolistas
visitantes.
Hablo en pasado porque durante la temporada 2016-17 el
infraser ha desaparecido. El último mes de agosto, al notar su
ausencia, la idea que me hice fue que estaba todavía de vacaciones. Los odiosos
horarios y calendarios que impone el fútbol moderno hacen que las
temporadas oficiales comiencen cada vez más metidos en el
tradicional mes de descanso en España. Pero todo siguió su
curso y el
infraser no aparecía
en su asiento habitual.
Durante los primeros partidos la
sensación era de alivio, dejar
de escuchar ese soniquete gafe y quejoso
mientras transcurre el partido de fútbol era
todo un placer.
Un mal pase, un remate claro que se iba a las nubes y lo único que se
escuchaba era el ooooohhh masivo y espontáneo que puebla cualquier
graderío del mundo. Pero con el paso de las jornadas, algo faltaba.
Ese acento cenizo y pesimista se echaba de menos. Cuando alguna
tragedia sucedía en el área madridista se esperaba ese comentario que
viene a decir 'llevo años diciendo que esto iba a pasar', pero nunca
llegaba.
Ahora que le he perdido la pista, la pregunta lógica
es pensar qué
habrá sido de él.
Si se ha cambiado de abono dentro del estadio, ¿habrán pasado sus
nuevos vecinos la trayectoria que va del odio a la caricatura
humorística del personaje como hicimos los antiguos? ¿Seguirá
sentando cátedra y pontificando como todos estos años atrás? Si,
por otro lado, se ha dado de baja de socio porque el fútbol ya no le
interesa, ¿de qué se quejará ahora, hacia dónde se dirigen sus
comentarios plomizos y gafes? Quién sabe, sin duda este hombre
continuará la ardua senda del infraser.
Casualidades
de la vida, quien esto escribe descubrió esta película en esos días
en los que dispones de unas horas libres y te encaminas hacia la
taquilla de tu cine favorito para ver con qué te pueden sorprender.
Y efectivamente, así fue. Thomas
Kruithof
firma con Testigo
un debut cinematográfico más que interesante, metiéndose de lleno
en el género del suspense.
Duval, un eficiente empleado ve
cómo es despedido porque no sabe decir que no. Es un hombre de
mediana edad y después de pasar dos años en paro, encuentra una
oportunidad laboral a través de un extraño e inquietante personaje
que le ofrece una alta remuneración a cambio de hacer un trabajo en
principio muy simple.
A partir de ahí, el protagonista de Testigo,
interpretado por François Cluzet, se enfrenta a numerosas cuestiones
que le surgen, principalmente por susentido
de la obediencia ciega
en el trabajo y sus consecuencias cuando éste no es todo lo limpio y
legal que debería ser. Aunque Testigo recuerde a veces a las
clásicas películas de Hitchcock, lo cierto es que se queda lejos de
aquellos clásicos, sobre todo por el desarrollo de la acción, la
evolución de los personajes -un tanto plana- y los problemas que se
le van presentando a nuestro particular héroe en su viaje. A pesar
de esto, Testigo
es una buena película,
está bien hecha, tiene un buen ritmo narrativo, a veces trepidante y
aparte del buen oficio de Cluzet, cuenta con un buen elenco de
actores. Si decide verla, pasará un buen rato. Es posible que la
encuentren todavía disponible en alguna sala. Vayan al cine, amigos,
no se arrepentirán.
La
jornada del pasado jueves se presentaba con tintes de castigo bíblico
en Madrid. Luego de unos días de calor asfixiante, la tormenta de
desató justo cuando el
festival MadCool
abría sus puertas en la edición de este año 2017. Hubo quien
llegó a pensar en la suspensión, pero la buena suerte suele estar
del lado de los valientes. Poco después de abrirse el cielo fue
cuando Quique
González y los Detectives
salieron al precioso escenario -como el propio cantante anunció en
las redes sociales horas antes del concierto- llamado Radio
Station.
Durante algo más de dos horas Quique González
repasó su discografía, prestando atención al último trabajo
publicado por el madrileño Me
mata si me necesitas
y por supuesto a Salitre
48.
Sonaron ¿Donde está el dinero?, Sangre en el marcador, Charo...
entre muchas otras, incluyendo también nuevos temas. No faltó En
la ciudad del viento,
qué especial es esta canción. Todo iba bien en la actuación de
Quique González y los Detectives hasta que aparecieron los problemas
de sonido.
¿Fue por la tormenta? ¿El equipo de sonido se
estropeó con el diluvio? Qué lástima que en una gala anunciada
para la grabación de un DVD fallara la PA. El sonido parecía
desvanecerse de los altavoces durante un segundo para volver
inmediatamente a los espectadores durante buena parte de la
actuación. ¿Y qué hicieron los
músicos
ante este problema? Tiraron
de oficio,
instalaron una franca sonrisa en sus rostros y continuaron con el
show
buscando la complicidad del público. Es decir, se tomaron en serio
su profesión y respetaron a aquellos que gastan su tiempo, y su
dinero, en ir a verlos tocar sobre un escenario, con
el cuchillo entre los dientes.
Sobre el cancionero elegido para la ocasión hay que decir que hubo
un momento en el que el ritmo del concierto decayó mucho para lo que
la ocasión demandaba. A pesar de estos detalles, fue un buen
concierto, los allí presentes lo pasamos muy bien.
Hace
ya casi un año del lanzamiento de Small
Talk,
disco de debut de Benjamin
Dean Wilson, pero nunca es tarde para hablar de la buena música.
El formato del Lp es un tanto peculiar, contiene solo 6 canciones,
eso sí, de una duración extraordinaria para los cánones del folk y
del pop, palos que toca este álbum. El joven cantante y compositor,
nacido en Tulsa, Oklahoma, declara estar influenciado por la música
clásica aunque reconoce beber de Queen, Meatloaf, Dylan y Cohen,
como se puede leer en la entrevista de la página de su discográfica Tapete Records.
Sadie & the Fat, primer
corte, advierte de lo que le espera al oyente de este disco: largas
canciones que dan forma a un estilo musical propio.So Cool,
la mejor canción
de este álbum, cuenta con apenas unos acordes de guitarra
construyendo así un riff tan simple como bonito, muy chulo, que
sostiene la voz de Dean Wilson mientras declama, más que canta, la
letra. William, ofrece un ritmo más cercano al hip hop que al
pop. End of never again, bajo una repetitiva estructura rítmica
nos invita a mirar al futuro buscando lo mejor, olvidando lo malo del
pasado. My Wife, el
tema más folk del disco, se trata de una particular declaración de
amor bajo una hermosa armónica. Rick, I tick tock cierra Small
Talk, un cuento cantado en tres actos y un epílogo de 14 minutos de
duración, llegando así al total de los 41 minutos y medio del
álbum
Grabado en el pequeño estudio que el propio Wilson
posee en su casa, Small
Talk
es una colección de guitarras acústicas, percusiones suaves,
cuerdas, violines, líneas de piano coros doo woop, completados por
una voz nasal un punto aguda, y largas letras con sutiles toques de
humor e ironía. Así es
Small
Talk de Benjamin Dean Wilson.