Portada 3

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miércoles, 11 de mayo de 2016

No voy a Milán


Vaya por delante que quien escribe esto ha pasado por el aro: Amsterdam 1998, Paris 2000 y Mónaco 2002 contemplan y moldean las canas que pueblan las sienes de este bloguero, aparte de unas cuantas finales de Copa del Rey. Por tanto hablo con conocimiento de causa: he pagado precios desorbitados por viajes que en fechas normales no cuestan ni la mitad; he aguantado enormes colas de pie esperando a que abrieran las taquillas, siempre oficiales eso sí; he pasado noches sin dormir en autobuses infectos, trenes y vuelos chárter con horarios infames, allí donde la amistad se cultiva y afianza a base de insomnio por las emociones que están a punto de llegar.

Entiendo que la gente quiera ir a presenciar el partido a San Siro,
una final siempre es un acontecimiento único, ¿quién sabe cuándo habrá otra?, pero ya en Lisboa, hace dos años, llegó el momento de decir basta. Los vuelos a Milán están, para ir y volver desde Madrid en el día de la final entre los 500 y 600 € cuando, por ejemplo, para el próximo fin de semana, Easy Jet ofrece vuelos de ida y vuelta por 197 €; ya de los hoteles mejor ni hablar. Una cosa es la ley de la oferta y la demanda y otra bien distinta es el abuso. Luego está el tema de las entradas, San Siro tiene, según la web oficial del AC Milan, una capacidad de más de 80.000 localidades, pues bien la UEFA otorga a cada equipo 20.000 entradas mientras que el 50% restante queda en manos del organismo regulador del fútbol europeo, flipante ¿verdad? De estos 40.000 boletos, 6.000 fueron sorteados a través de la web de la UEFA, ¿adónde van a parar las otras 34.000 entradas? Patrocinadores, empleados, amiguetes, novietas, cuñados y demás gente de interés, o mejor dicho, interesada. ¿Estarán marcadas estas entradas con nombre y apellido, como las que facilitan los clubes a sus aficionados?

                                                            

                              Estadio de San Siro, Milán

Luego está el reparto que hace cada equipo de las localidades. Ningún criterio va a dejar contenta a la afición, eso es así. En el caso del Real Madrid va a ser un
sorteo de 15.170 entradas entre todos los socios que la soliciten, sin distinguir antigüedad, o el dinero que se paga; el resto para peñas, empleados, patrocinadores, amiguetes, novietas y gente de bien, se supone. En el Atleti, ha sido justo al contrario, priman los que más tiempo llevan y quienes pagan más, quienes se comprometen económicamente y a lo largo del tiempo, van primero. Todo criterio tiene su parte injusta, pero el que ha seguido el Atleti tiene más lógica.

Cuando tu equipo llega a una final de Copa de Europa
la sensatez, mesura y sentido común brillan por su ausencia en el cerebro del aficionado, me incluyo el primero en la lista. Pero se acabó. Si la UEFA desprecia a los aficionados que estamos al pie del cañón temporada tras temporada, que no cuente conmigo; si las aerolíneas, hoteles y operadores de turismo multiplican sus tarifas más allá de lo razonable, que se olviden de mí. Qué pena no haber aprovechado la ocasión para declarar una huelga de aficiones y que el ambiente de San Siro el día de la final lo pongan patrocinadores, amiguetes, novietas y demás aprovechados.









2 comentarios:

  1. Mira qué fuerte Batta:
    "Varios hoteles de Milán cancelan reservas antiguas para aprovechar la subida por la Champions"
    http://ecodiario.eleconomista.es/futbol/noticias/7547314/05/16/Varios-hoteles-de-Milan-cancelan-reservas-antiguas-para-aprovechar-la-subida-por-la-Champions.html

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    Respuestas
    1. Una muestra más del maltrato sistemático al que se ven sometidos los aficionados.
      Muchas gracias por leer el post, difundirlo y dejar tu comentario, Nino.

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