Portada 3

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miércoles, 14 de octubre de 2015

Cristiano Ronaldo, Bota de Oro


Ayer martes, Cristiano Ronaldo recogió el trofeo que le acredita como el máximo goleador en los campeonatos nacionales de Liga en toda Europa. 48 goles, ni más ni menos. Todavía se recuerda el asombro que causaron los 38 de Hugo Sánchez logrados en 1990 que tan sólo igualaron a los del mítico Telmo Zarra. Se consideraba una hazaña llegar a esa cifra, recuérdese que ha habido pichichis con menos de 20 goles.


                                                           


El interminable debate

Lo cierto es que en el debate, estéril, por saber quién es el mejor jugador del mundo, siempre salen a relucir las cifras, las estadísticas comparativas, como si el fútbol fuera el baloncesto, pero pocos análisis se centran en lo que aportan los candidatos al trono mundial a sus respectivos equipos.
Cristiano Ronaldo aporta más al Real Madrid que Messi al Barcelona. Ambos tiran del carro, ambos marcan casi los 50 goles por año, pero si imaginamos qué hubiera sido de estos equipos sin sus dos astros durante todos estos años, seguramente el Madrid saldría peor parado en la comparación que el Barcelona.

Jugador de leyenda

Es verdad que a veces el genial jugador portugués tiene gestos, declaraciones, que no gustan al común del aficionado. A menudo sus numerosos goles son celebrados exageradamente, pero él es así, hay quererle como es, da mucho a cambio. En cualquier caso, frente a Balones y Botas de Oro, el fútbol es un deporte de equipo, no de individualidades. La fortuna para el Real Madrid es poder contar en sus filas con el jugador más decisivo desde Alfredo Di Stefano. Cristiano Ronaldo, siendo quien es, teniendo que demostrar muy poco ya a nadie, es un profesional de primera, lejos de lo que se suele creer no se tiene esa velocidad, eso golpeo de balón y esos remates de cabeza sin entrenar y sin pasar horas, horas y horas en el gimnasio, durante años, muchos años. Cristiano Ronaldo no es perfecto, pero es un futbolista que tardaremos en volver a ver en el césped. Es el único que tiene cuatro Botas de Oro, pero no se conforma, quiere la quinta y la sexta. Es grande, muy grande.






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