Hace
unos días, navegando por Twitter,
me encontré con la foto que ven debajo del primer párrafo de
este post. Me conmovió especialmente por dos motivos, por el
niño que 20 años después
se
hace la misma foto con su ídolo ahora con su hijo en brazos
y
por el jugador,
que ha aguantado 20 años en activo en el fútbol profesional y sigue
dando muestras de su clase como jugador. La foto es simplemente una
muestra más del amor
puro que tienen los ingleses por su invento, el fútbol.
@Futbolescencia2 Ryan Giggs es un caso excepcional. Que alguien de 41 años siga en activo en un equipo de tan alto nivel dice mucho del propio futbolista como del club en el que milita. El jugador aporta al equipo veteranía, clase, jerarquía, valores, sí, valores. El club, al haber albergado a este jugador tantos años en su primer equipo proporciona un sentimiento de pertenencia al club, de vínculo de unión entre la afición y equipo, algo que parece tan denostado hoy en día por España.
Aquí hemos visto cómo jugadores legendarios han salido por la puerta de atrás después de toda una carrera exitosa en sus clubes de toda la vida. Hablo de Raúl, de Guti, de Roberto Carlos -el jugador no nacido en España que ha vestido la camiseta del Real Madrid más veces- Fernando Hierro, Manolo Sanchís... un largo etcétera. A lo largo de los casi treinta años que llevo asistiendo al Santiago Bernabéu he podido escuchar de gente que se llama así misma madridista auténticas barbaridades sobre todos estos jugadores que he nombrado antes. Bien, esta misma semana, Juan Mata, ahora jugador del Manchester United y compañero de Ryan Giggs, en el programa de La Sexta, El Intermedio, decía que la principal diferencia entre España e Inglaterra era que si perdía un partido por 3-0, camino de los vestuarios la afición inglesa te sigue animando y aplaudiendo a pesar de la derrota, mientras que en España es justo al revés.
En el ámbito del cine uno ve con admiración películas como Damned United, Buscando a Eric hasta Quiero ser como Beckham, mientras que aquí si buscamos algo de épica futbolera cinematográfica casi nos tenemos que remontar a Días de radio. Por lo tanto, la diferencia debe estar en motivos culturales y sin duda, de caracteres. En España prima el día a día, ganar, ganar, ganar y volver a ganar, caiga quien caiga, sin importar las personas y los valores que representan. Una pena que con tantos equipos, clubes y selección nacional con tantas historias por contar y venerar, queden ocultas y perdidas en la memoria de unos pocos.
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